La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo protagonizó la noche del 15 de septiembre un momento histórico al convertirse en la primera mujer en encabezar el Grito de Independencia desde Palacio Nacional.
Con un Zócalo desbordado, la mandataria no solo imprimió su sello al acto, sino que también rompió récord de asistencia al reunir a más de 280 mil personas, superando con creces la cifra registrada en el primer Grito de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien congregó a poco más de 130 mil en 2019.
Ataviada con una banda presidencial confeccionada por mujeres militares y acompañada por su esposo Jesús María Tarriba, Sheinbaum recibió la bandera de manos de una escolta integrada únicamente por mujeres.
De camino al balcón, se detuvo ante un retrato de Leona Vicario —primera vez que una mujer aparece en la galería principal de Palacio Nacional—, en un gesto simbólico que enmarcó la velada.
Desde el balcón central, la presidenta lanzó 22 arengas, entre ellas a personajes femeninos históricamente invisibilizados como Gertrudis Bocanegra y Manuela Molina, además de llamar a Josefa Ortiz por su nombre de soltera: “Josefa Ortiz Téllez Girón”.
En su discurso también destacó a “las heroínas anónimas”, “las mujeres indígenas” y “nuestras hermanas y hermanos migrantes”, al tiempo que reafirmó su compromiso con un “México libre, independiente y soberano” y con la “dignidad del pueblo de México”.
En contraste, en su primer Grito en 2019, López Obrador pronunció 20 vivas que incluyeron a los héroes de la Independencia, a “las comunidades indígenas” y a la “fraternidad universal”. Sin embargo, la convocatoria de Sheinbaum logró duplicar la presencia ciudadana en el Zócalo, reflejo del amplio respaldo que mantiene su gobierno, con niveles de aprobación cercanos al 80 por ciento.