En la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, el secretario de Salud, David Kershenobich, lanzó una fuerte advertencia sobre el consumo de bebidas azucaradas en México, a propósito de las cifras publicadas por el INEGI la semana pasada que confirman que la obesidad sigue siendo uno de los principales problemas de salud en el país.
El funcionario subrayó que el refresco es uno de los mayores factores de riesgo, pues el consumo anual per cápita alcanza los 166 litros, lo que coloca a México entre las naciones que más ingieren este tipo de bebidas.

En un tono crítico, preguntó: “¿Qué tienen de común la obesidad, enfermedad cardiovascular, pie diabético y la enfermedad renal crónica? Que todos abusaron en el consumo de refresco”.

Para dimensionar el impacto, el especialista recordó que un solo refresco equivale a unas 15 cucharaditas de azúcar, y cuestionó si alguien aceptaría ingerir esa cantidad de manera directa.
La epidemia del azúcar desde la infancia
Kershenobich detalló que 7 de cada 10 niños y adolescentes consumen refresco todos los días, incluso como parte del desayuno. Las consecuencias ya son palpables: 4 de cada 10 presentan sobrepeso u obesidad, y la mayoría obtiene más del 10% de su energía diaria a partir de azúcares añadidos.

En adultos, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2023 revela que casi una cuarta parte de los mayores de 20 años vive con obesidad.
Consecuencias fatales
El titular de Salud sostuvo que los daños se acumulan con los años y desembocan en enfermedades graves: en México, 1 de cada 3 nuevos casos de diabetes y 1 de cada 7 de enfermedades cardiovasculares se asocian al consumo de bebidas azucaradas.
De acuerdo con cifras del INEGI, solo en 2024 se registraron 192 mil 563 muertes por males cardiovasculares y 112 mil 641 por diabetes mellitus. Además de la mortalidad, el impacto en calidad de vida puede significar discapacidad e incluso la pérdida de hasta una década de esperanza de vida.
Uno de los fenómenos más alarmantes es el avance de la enfermedad renal crónica, con un aumento sostenido de pacientes en hemodiálisis desde 1993.
“Cero” no significa saludable
Finalmente, el funcionario advirtió sobre el engañoso consumo de versiones “Light” o “Cero”, al afirmar que “Bebidas Cero/Light = Cero salud intestinal”, ya que los edulcorantes no calóricos alteran la microbiota, reduciendo bacterias benéficas y favoreciendo a las dañinas.

Asimismo, agregó que el consumo de estos refrescos “light” puede incrementar el riesgo de infarto o de hemorragia cerebral.