La presidenta Claudia Sheinbaum defendió la decisión tomada por el gobierno mexicano en 2023 de trasladar las operaciones de carga aérea del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), luego de que Estados Unidos anunciara posibles sanciones en respuesta a esa medida.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum afirmó que la reubicación obedeció a criterios técnicos, debido a la saturación que enfrentaba el AICM y al riesgo operativo que ello representaba. “Esta saturación ya llegaba a niveles de riesgo en términos de su propia operación”, explicó.
Aunque reconoció que aún no hay una notificación formal por parte del gobierno estadounidense, la presidenta aseguró que su administración esperará el requerimiento oficial y reiteró que no hay motivos para sanciones, ya que la medida se tomó con base en estudios y buscando el bienestar general.
“Fue un comunicado de la Secretaría de Transporte del gobierno de Estados Unidos, todavía no hemos sido notificados formalmente. Fue una declaración, parece que van a notificar esta semana, y hay que ver exactamente a qué se refiere”, dijo.
Sheinbaum subrayó que las decisiones del gobierno federal se tomaron con responsabilidad y soberanía. “Son decisiones soberanas, ya pasó más de un año, año y medio y las empresas se han ido adecuando a esta nueva circunstancia que es benéfica para todos”, señaló.
Asimismo, respondió a las críticas de las empresas que reclamaron falta de tiempo para adaptarse al cambio. Aseguró que existen canales de diálogo abiertos y que la mayoría de las compañías ha reconocido beneficios operativos.
“Para cualquier duda, cualquier aclaración con las empresas, hay mesas de trabajo con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, y se resuelven las cosas. No hay razón para tener alguna sanción que tenga que ver con este asunto. ¿Qué es lo que se privilegió? La seguridad”, puntualizó.
La mandataria también retomó el debate histórico sobre la cancelación del aeropuerto en Texcoco, insistiendo en que el proyecto se ubicaba en una zona con condiciones inadecuadas. “Un suelo arcilloso tiene muchos problemas, es barro. Cuando se seca es como polvo y húmedo es una especie de plastilina, entonces aumenta y disminuye su volumen, por lo que no es el mejor suelo para hacer una pista”, explicó.
Recordó que en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto se impulsó el cierre del AICM y la construcción en Texcoco, pese a la oposición social, particularmente en Atenco. “Desde que López Obrador fue jefe de gobierno, nos opusimos a que se cerrara el AICM y que se construyera el aeropuerto en Texcoco. Qué ocurrió en aquella época, querían hacerlo en la zona federal y comprarle tierra a ejidatarios de diferentes ejidos”, expuso.
Incluso, señaló que en aquel entonces se ofrecían precios irrisorios por los terrenos. “En el caso de Atenco, se manifestaron en contra una buena parte de los ejidatarios y cuando llega Peña Nieto al gobierno del Estado de México, viene una represión muy cruenta porque querían que se hiciera el aeropuerto. Incluso en terrenos ejidales llegó a ofrecerse el metro cuadrado en siete pesos”, recordó.
Finalmente, enfatizó que el área de Texcoco cumple una función ambiental crucial para el Valle de México. “Es un reservorio muy importante principalmente para la contención de avenidas de agua y no inundaciones en la CDMX y el Estado de México”.