El volcán Popocatépetl continúa ofreciendo algunas de las postales naturales más impactantes del centro del país. Con sus 5 mil 426 metros sobre el nivel del mar, el coloso se levanta entre Puebla, Morelos y el Estado de México como uno de los paisajes más admirados por viajeros, fotógrafos y amantes de la naturaleza, aun cuando su actividad obliga a mantener distancia y precaución.
Ubicado dentro del Parque Nacional Iztaccíhuatl–Popocatépetl, el volcán puede apreciarse desde distintos puntos seguros, donde los bosques de coníferas, el aire frío de montaña y las panorámicas de la Sierra Nevada convierten la visita en una experiencia visual inigualable. Aunque el ascenso al cráter está prohibido, las faldas del volcán permiten contemplar su grandeza sin exponerse a riesgos.
Uno de los puntos más visitados es el Paso de Cortés, situado entre el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Desde ahí se obtienen vistas privilegiadas del paisaje volcánico. Para llegar en automóvil desde la Ciudad de México, la ruta habitual conduce al municipio de Amecameca de Juárez y de ahí hacia Tlamacas, a casi 3 mil 900 metros de altitud.

El recorrido es de aproximadamente 90 kilómetros y suele tomar cerca de una hora con 50 minutos, dependiendo del tráfico y las condiciones del camino.
ALERTA ACTIVIDAD VOLCÁNICA
Mientras el volcán regala vistas espectaculares, su actividad se mantiene bajo constante vigilancia. En las últimas horas, el Popocatépetl registró 23 exhalaciones de baja intensidad acompañadas de vapor de agua, gases volcánicos y ligeras cantidades de ceniza, así como 13 minutos de tremor de baja amplitud y un sismo volcanotectónico de magnitud 2.1, de acuerdo con el monitoreo del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred). La emisión observada se ha dirigido principalmente hacia el noreste.

El Semáforo de Alerta Volcánica permanece en Amarillo Fase 2, escenario que contempla explosiones menores a moderadas, tremor de amplitud variable y posibles lluvias ligeras de ceniza en poblaciones cercanas, así como la expulsión de fragmentos incandescentes dentro del radio de exclusión de 12 kilómetros. También existe la posibilidad de lahares en caso de lluvias, debido a la acumulación de ceniza en las laderas.
Por ello, el acceso vehicular a ciertas zonas puede ser restringido de manera temporal mediante retenes y señalizaciones. Las autoridades llaman a respetar estas medidas y a mantenerse informados antes de planear cualquier visita.

En caso de caída de ceniza, se recomienda proteger depósitos de agua, cerrar puertas y ventanas y sellar posibles entradas de partículas con trapos o materiales húmedos.
Aun con su actividad constante, el Popocatépetl sigue siendo un símbolo natural de enorme belleza. Admirarlo desde puntos seguros permite apreciar la majestuosidad del volcán y del entorno que lo rodea, recordando que se trata de un gigante vivo que exige respeto y responsabilidad.



