VERACRUZ, Ver.- La familia de Luis Enrique Castillo Terrones se reunió afuera de la casa del piloto de la Secretaría de Marina, para recordarlo y honrarlo, tras su fallecimiento en un accidente de avión en Galveston, Texas.
Orgullosos de Luis Enrique de 29 años, familiares recordaron en su vivienda en El Pantano, Tierra Blanca, al sur de Veracruz, cómo el piloto quería ser marino desde que era muy joven.
Durante más de 24 horas, la familia esperó alguna respuesta de las autoridades sobre el paradero del joven. Fue por un boletín de la Semar que finalmente supieron del trágico deceso.
La aeronave cayó cuando trasladaban a un niño que necesitaba atención médica debido a quemaduras, en una labor humanitaria. En el accidente ocurrido este lunes 22 de diciembre, seis personas murieron, incluido el menor que trasladaban. Dos personas sobrevivieron.
Eduardo Castillo Córdoba, papá de Luis Enrique, recuerda con orgullo que a él siempre le gustaba ayudar a otras personas.
“Estoy orgulloso porque era lo que hacía, cuando iba con los compañeros aquí en la escuela, él ayudaba a hacer trabajos (…) él siempre fue muy bondadoso”, dijo el hombre.
Estudioso, aplicado, noble y muy orgulloso de participar en la Marina, es como describen al joven de 29 años que desde muy chico supo que quería estudiar en la Heroica Escuela Naval Militar en Antón Lizardo.
Su papá, dijo, no se enteró que entraría a ese sitio hasta que ya tenía todo arreglado y lo único que le pidió fue que no estudiara alguna carrera relacionada con los barcos, debido al riesgo que implicaba. Finalmente optó por ser piloto naval y, en una de las misiones, perdió la vida.
“Cuando me dijo, le dije nada más ‘no agarres la carrera de barcos, porque se han oído muchos barcos que se han hundido’, pero agarró la otra peor y ya que, ya cuando me dijo ya estaba adentro”, relató.
Luis Enrique no conocerá a su hijo a quien esperaba con tanto anhelo. Su esposa tiene solo tres meses de embarazo.
La familia, afirmó, esperará a que la Secretaría de Marina haga los trámites necesarios para regresar el cuerpo a su casa, algo que parece tardará algunos días.
Mientras tanto, reunidos en la que fue la casa que lo vio crecer, recuerdan a Luis Enrique como el “joven estudioso, aplicado y muy amigable”.



