Durante una celebración religiosa el 2 de noviembre en el municipio de Chucándiro, Michoacán, el sacerdote Alfredo Gallegos Lara mejor conocido como “Padre Pistolas” lanzó amenazas verbales contra la gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, en medio de su protesta por el proyecto del Acueducto Solís-León.
“Si nos quitan la presa se van a morir de hambre… y esa pinche gobernadora quiere matarnos de hambre… ya dije, si insiste … yo le voy a partir su madre, a ella, porque es la culpable de que nos vaya a matar de hambre a todos”, expresó el religioso ante feligreses.
La mandataria de Guanajuato calificó los hechos como un “reflejo de la violencia que enfrentan las mujeres en la vida pública”, y señaló que no interpondrá denuncia formal al considerar que “no va a perder mi tiempo” en ese proceso.
Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó enérgicamente las expresiones del sacerdote, recordando que “no existe justificación alguna para el uso de expresiones violentas, despectivas o discriminatorias”.
Diversos organismos de derechos humanos, así como el Partido Acción Nacional (PAN), también manifestaron su respaldo a la gobernadora, y advirtieron que esta acción configura un caso de violencia política de género hacia las mujeres que participan en la vida pública.
El capítulo revivifica la discusión acerca del papel de los líderes religiosos en desacuerdo con las decisiones del gobierno, así como sobre los peligros a los que están expuestas las mujeres en posiciones públicas cuando sus políticas provocan rechazo o confrontación en esferas locales.



