DURANGO, Dgo.- Lo que debía ser un viaje familiar de descanso se convirtió en una pesadilla.
Carlos Emilio Galván Valenzuela, joven de 21 años originario de Durango, desapareció la madrugada del 5 de octubre después de entrar al baño de un antro en la zona turística de Mazatlán, conocido como Terraza Valentino. Desde entonces, no se sabe nada de él.
De acuerdo con su madre, Brenda Valenzuela, el joven había acudido a un viaje familiar para festejar su graduación como chef, ya por la noche, junto con sus primas decidió ir de antro, pero cerca de las 2:30 de la madrugada, fue al sanitario y no volvió a salir.

“Entró al baño y no regresó. Lo hemos buscado por todas partes, pero nadie da una respuesta clara”, relató su madre con voz entrecortada.
Desde entonces, la familia ha emprendido una búsqueda desesperada que ya se convirtió en una causa social.
Con marchas, publicaciones en redes y el apoyo de colectivos de búsqueda, el rostro de Carlos Emilio se ha convertido en símbolo de alerta para decenas de duranguenses que viajan constantemente al puerto sinaloense y para muchos desaparecidos en circunstancias similares.
LANZAN ADVERTENCIA
La desaparición del joven encendió las alarmas del gobierno duranguense.
El gobernador Esteban Villegas Villarreal y el secretario general de Gobierno, Héctor Vela Valenzuela, hicieron un llamado urgente a la población para que eviten viajar a Mazatlán, especialmente de noche y no acudan a bares o antros, ante los riesgos que se han detectado en esa zona.
“No es el mejor momento de ir Mazatlán, sobre todo a los antros o lugares nocturnos”, expresó el mandatario estatal y la propia fiscal del estado, Sonia de la Garza, al confirmar que en los últimos meses al menos ocho personas originarias de Durango han desaparecido en territorio sinaloense, siete de ellas en Mazatlán.
La titular de la Fiscalía General de Durango, reveló que las investigaciones han arrojado un patrón preocupante: personas aparentemente ajenas a hechos delictivos han sido privadas de su libertad, les esculcan sus celulares y cualquier llamada o fotografía, es motivo para que se los lleven.
“Hay casos donde, por cualquier indicio o relación detectada en un celular, se los llevan, aunque no estén involucrados en nada”, advirtió la fiscal, quien aseguró que se mantiene comunicación con las autoridades en Sinaloa para exigir resultados y colaboración. Incluso el Ejército está participando en las indagatorias.
BAJO SOSPECHA
Mazatlán, uno de los principales destinos turísticos para los duranguenses, enfrenta una crisis de confianza.
Familiares, empresarios y autoridades locales reconocen que la falta de información clara y la lentitud en las investigaciones han deteriorado la percepción de seguridad en el puerto, además de que son cuando menos ocho durangueses que recientemente han desaparecido y cuyas carpetas de investigación están abiertas.
Mientras tanto, la familia de Carlos Emilio continúa su búsqueda. Su madre, que ha encabezado manifestaciones y convocatorias, insiste en que la sociedad no puede guardar silencio.. “Una comunidad que no grita ante la injusticia está condenada”, repite Brenda Valenzuela, convertida en una voz firme entre la desesperación y la esperanza.
Este sábado 25 de octubre están convocando a una marcha que se llevará a cabo a las 11:00 de la mañana en el puerto de Mazatlán, a la altura de las letras, cuyo objetivo es exigir la aparición del joven duranguense. Al llamado se han sumado colectivos de madres buscadoras tanto de Durango como de Sinaloa.



