El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, confirmó que Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, viajó con escoltas y un vehículo blindado, pero decidió apartarse de su equipo de seguridad antes de ser asesinado el domingo pasado en Tierra Caliente.
“Aparentemente, se mueve de Morelia a Apatzingán acompañado de escoltas, pero en Apatzingán por algún motivo hace un cambio de vehículo y ya no se hace acompañar de esta custodia”, informó el mandatario.
Añadió que “estamos investigando esto, los elementos que estaban brindando el tema de escoltas ya están haciendo sus declaraciones de qué fue lo que ocurrió en estos hechos”.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), Bravo dejó a su personal de resguardo en el Tianguis Limonero de Apatzingán, donde cambió de vehículo y salió sin informar su destino.
Horas después, el cuerpo del dirigente fue localizado dentro de su camioneta Toyota Tacoma, con huellas de tortura y un disparo en la cabeza, sobre una brecha del poblado El Mirador. De acuerdo con el fiscal Carlos Torres Piña, la víctima fue asesinada entre la tarde y noche del domingo. “Pareciera que lo acomodaron como si él estuviera manejando”, precisó.
El gobernador aseguró que la FGE ya cuenta con la ruta que siguió Bravo y los registros telefónicos previos al crimen.
“La Fiscalía ya tiene todos los indicios, tiene toda la trazabilidad, todo el tema del día domingo, de a dónde fue, a dónde se movió, qué llamadas telefónicas entraron a su celular y daremos con los responsables. Hay indicios claros de ubicación de estos aparatos y tenemos confianza plena en que daremos con los responsables y no habrá impunidad”, señaló.