La tarde de este lunes 6 de octubre se confirmó la muerte del sacerdote Bertoldo Pantaleón Estrada, quien se encontraba desaparecido en el estado de Guerrero.
“Tras tener conocimiento de los hechos, agentes de la Policía Investigadora Ministerial (PIM) y peritos de la Coordinación de los Servicios Periciales acudieron al lugar para realizar el procesamiento del sitio, así como el levantamiento y análisis de indicios, con el objetivo de recabar elementos que permitan esclarecer lo ocurrido e identificar a el o los probables responsables”, indicó la Fiscalía estatal.
De acuerdo con la dependencia, se trataría de un caso de presunto homicidio calificado.
Su cadáver, que presentaba varios impactos de bala, fue localizado a la altura del kilómetro 199 de la carretera federal México-Acapulco, entre Zumpango (cabecera municipal de Eduardo Neri) y el punto conocido como casa Verde.
“El fruto del silencio es la oración; el fruto de la oración es la fe; el fruto de la fe es el amor; el fruto del amor es el servicio. Así vivió un verdadero sacerdote”, se leyó en la esquela publicada en redes sociales por la Diócesis a cargo del obispo José de Jesús Gonzalez Hernandez.
El pasado sábado 4 de octubre, la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa informó la desaparición del párroco de 58 años, quien se desempeñaba como sacerdote de la Parroquia de San Cristóbal en Mezcala, municipio de Eduardo Neri.
Según la ficha de búsqueda emitida por la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, el sacerdote fue visto por última vez en la localidad de Atzala, municipio de Cocula, el 4 de octubre pasado.
De acuerdo con la ficha de búsqueda el sacerdote vestía una guayabera azul rey con franjas blancas verticales, pantalón de vestir oscuro y huaraches.
La Diócesis solicitó a las autoridades civiles activar el protocolo de búsqueda y localización del sacerdote.
Por su parte, el presbítero Jorge Amando Vázquez Rodríguez, canciller-secretario de la Diócesis, pidió al presbiterio elevar oraciones para que fuese localizado con vida.
En Guerrero se han registrado varios casos de violencia en contra de clérigos católicos, como es el caso del padre Joel Román Salazar de la diócesis de Ciudad Altamirano, fue asesinado en febrero del 2013.
Mientras que el misionero Ugandés, John Ssenyondo quien se encontraba en la Diócesis Chilpancingo-Chilapa fue secuestrado el 30 de abril del 2014 y localizado en una fosa clandestina el 28 de octubre del mismo año en Cocula.
Además el padre José Ascención Acula Osorio fue secuestrado en septiembre del 2014 y asesinado en San Miguel Totolapan, mientras que ese mismo año el padre Gregorio López Gorostieta fue asesinado el 25 de diciembre en Ciudad Altamirano.
