CHILPANCINGO, Gro.- Estudiantes de la Escuela Normal Rural ‘Raúl Isidro Burgos’ de Ayotzinapa lanzaron petardos y quemaron una camioneta en el acceso principal del 27 Batallón de Infantería de Iguala, en el marco de la jornada de protestas a 11 años de la desaparición de 43 jóvenes de ese plantel educativo.
Los manifestantes llegaron a Iguala, municipio de la región Norte pasado el medio día a bordo de 23 autobuses, y luego se apostaron en el acceso principal de esas instalaciones castrenses.
En esas unidades también iban padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos, quienes exigieron que el Ejército Mexicano entregue los más de 800 folios que tiene en su poder y que, aseguraron, contiene información de la participación de militares en la desaparición de sus hijos.
Ya frente a las instalaciones del 27 Batallón, los integrantes del colectivo “Nos faltan 43”, en el que está integrado los padres y madres de los jóvenes desaparecidos, aseguraron que parte importante de las víctimas del 26 de septiembre de 2014 fueron llevadas a ese lugar tras los ataques perpetrados “por delincuentes y elementos de la policía preventiva municipal de Iguala”.
En el lugar se llevó a cabo un mitin, donde el señor Emiliano Navarrete, padre de José Angel Navarrete, uno de los desaparecidos, aseguró que al paso de los años ellos no tienen dudas: “fue el Estado el que desapareció a nuestros hijos, pero una institución fundamental fue el Ejercito Mexicano, por eso exigimos que se les investigue”.
En su participación en el mitin, explicó que fueron los mandos militares destacamentados en Iguala, los que permitieron que integrantes del grupo criminal Guerreros Unidos (GU) atacaran a los estudiantes, y sostuvo que los militares sabían lo que estaba pasando, porque tenían a un infiltrado entre ellos.
Luego de concluido el mitin en la ciudad tamarindera, los padres subieron a los autobuses, pero un grupo de normalistas colocó una camioneta en la puerta principal de acceso al cuartel militar, y la incendiaron, además de que lanzaron petardos al interior de esas instalaciones.
En esta ocasión los militares no repelieron la agresión con gas lacrimógeno, como sucedió en la 35 Zona Militar de Chilpancingo, el lunes, durante una movilización similar.
