Durango, Dgo.- Una tormenta sorprendió y arrasó el estado: comunidades quedaron bajo el agua, mientras los cielos castigaron con fuerza; las autoridades instalaron puesto de comando de incidentes ante la contingencia.
La coordinación Estatal de Protección Civil activó la evacuación de La Palestina, en Santiago Papasquiaro, tras el desbordamiento del arroyo del mismo nombre. Comunidades de Las Margaritas, San Ignacio, también fueron afectados. Cientos de habitantes fueron trasladados de urgencia a un refugio en Chinacates, bajo vigilancia del Ejército y el Plan DN-III-E.
En los recorridos de esta mañana el coordinador de Protección Civil Arturo Galindo informó que son 135 viviendas cubiertas por el agua, con pérdidas importantes, afortunadamente todas las familias fueron resguardadas en albergues, y no hubo fallecimientos hasta ahora.
En el fraccionamiento San Ángel al sur de la capital del Estado, el agua irrumpió en 200 viviendas durante la noche del sábado 6 de septiembre, alcanzando niveles de hasta 70 centímetros de altura.
Vecinos relataron cómo “en cuestión de minutos vimos cómo el agua empezó a subir y ya no hubo manera de detenerla”.
Las autoridades estatales y municipales, junto con el Ejército, implementaron un operativo masivo: motobombas, costales de gel y arena, recolección de lodo y desazolve de alcantarillas, además de habilitar albergues temporales.
La Coordinación Estatal de Protección Civil informó que se encuentran listos 100 albergues en distintos municipios del estado, preparados para recibir a familias en caso de evacuaciones mayores. Varios de ellos fueron activados ayer mismo para proteger a las comunidades más golpeadas por las lluvias.
Instituciones como Servicios Públicos, Protección Civil, DIF, AMD, INDEHVAL, Seguridad Pública y vecinos, así como el alcalde José Antonio Ochoa, desde la madrugada se encuentran realizando labores sanitarias y de limpieza.
¿Qué fenómeno provocó esta crisis?
La causa fue una confluencia de sistemas meteorológicos extremos:
El frente frío número 2 ingresó a México entre el 6 y 8 de septiembre, generando lluvias intensas en Durango y estados vecinos.
Se combinó con los remanentes del huracán Lorena, que se degradó a tormenta tropical frente a Baja California, extendiendo nubosidad y humedad hacia el interior del país.
A esto se sumó el monzón mexicano, activo en la Sierra Madre Occidental, que aporta lluvias eléctricas y torrenciales cada septiembre.
Este trío —frente frío, humedad tropical y monzón— se tradujo en tormentas de gran magnitud y crisis hídricas en Durango, incluida la eventual caída de granizo.
La coordinación Estatal de Protección Civil sobrevuela las zonas afectadas para evaluar los daños, en tanto se mantiene en alerta el Consejo Estatal y se tienen abiertos y listos más de 100 albergues en todo el estado; algunos ya en uso. Además de que está constante monitoreo en presas como Guadalupe Victoria, ante desfogues controlados.