¿Por qué la campaña de Meade (ahora sí) destaca la imagen del PRI?

La campaña de José Antonio Meade vive un relanzamiento de estrategia
La campaña de José Antonio Meade vive un relanzamiento de estrategia
Orgullo.La campaña de José Antonio Meade vive un relanzamiento de estrategia
Cuartoscuro
Octavio Ortega
2018-05-07 |10:47 Hrs.Actualización11:47 Hrs.
CREEMOS QUE IMPORTA POR...

Porque la campaña tricolor atraviesa por una crisis y un relanzamiento de campaña 

Matracas, chamarras rojas y logotipos del PRI aparecieron este domingo en la campaña del candidato ciudadano postulado por el PRI a la Presidencia.

José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México (PRI, PVEM, Panal), revivió el orgulllo priista al utilizar destacadamente los logotipos y cromática tricolor y lanzar "vivas al PRI" en un acto de campaña en la sede nacional de ese partido, arropado por candidatos, gobernadores en funciones y legisladores.

"Demostrar de qué está hecho el tricolor y jugársela a muerte para defender lo que queremos en este país"

«José Antonio Meade»

Sí, eso es nuevo. La nueva estrategia se presenta luego del relevo en la dirigencia nacional del PRI. Y como en política la forma es fondo, el candidato tricolor fue enfático también en sus redes sociales. En Twitter, subió tres mensajes alusivos al apoyo que requiere del partido que lo postula.

En noviembre de 2017, al ser destapado como el candidato del PRI, José Antonio Meade pidió a la militancia priista que "lo hicieran suyo", pero en los hechos hubo una separación entre el candidato y el partido. Te contamos cómo fue esa primera etapa y por qué viene este relanzamiento.

ESCONDER AL PRI

Prácticamente desde la precampaña y durante el primer mes de campaña de José Antonio Meade, su equipo minimizó el uso del logotipo del PRI y, en su lugar, utilizaron un diseño de tres triángulos, uno rojo, uno azul y uno verde, que simboliza la alianza entre el PRI, Panal y PVEM.

La estrategia era algo muy diferente a lo utilizado en las campañas previas del PRI a la Presidencia.

En 2012, Enrique Peña Nieto y sus estrategas le dieron un papel relevante a los logos del PRI y a los colores del partido; incluso, una de las frases fue "PRI, la fuerza de México". 


Seis años antes, Roberto Madrazo impuso un modelo de campaña: las mareas rojas. En todos los actos, el candidato ondeaba bandera con el logo tricolor y los asistentes portaban camisas o gorras rojas; el orgullo priista se mostraba en la plaza.

En 2018, con un priismo a la baja como marca partidista. El PRI cambió sus estatutos y postuló a un no militante. Ya en la contienda, el emblema del partido fue minimizado, todo con el objetivo de que José Antonio Meade captara parte del voto no priista, considerado también el voto de los indecisos.

Sin embargo, para los expertos, la estrategia no rindió frutos. Consultamos a dos académicos y dos expertos en campañas y esto fue lo que nos dijeron sobre la estrategia de separar al PRI del candidato:

ORGULLO LESIONADO

El orgullo del priismo se lesionó y el capital cultural que el PRI construyó en casi ocho décadas se perdió en la campaña de Meade, asegura el académico e investigador Javier Esteinou Madrid. 

"Se perdió la imagen tradicional y el capital cultural que ya había acumulado durante más de ocho décadas lo perdió en cuatro semanas, porque modificó eso e intentó una nueva imagen desperdiciando la leyenda, la memoria y el reconocimiento del partido que ya está plasmado en el inconsciente nacional"

Para el académico, al debilitamiento del PRI por el desprestigio que tiene como partido se le suma una mala estrategia mercadológica, que fue minimizar el logo tricolor.

"Se empezó desde cero y no se basaron en lo que ya existía en el reconocimiento en la cultura masiva; se apostó a una mercadotecnia que desperdició lo ganado en décadas. El PRI, de manera ingeniosa y astuta, se había apoderado de la bandera tricolor, y al abandonar la bandera tricolor desconoció en la memoria histórica la construcción de la patria, algo que tardó en construirse más de 200 años"

Adicionalmente, el investigador de la UAM y fundador de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), considera que el priismo no se modernizó con su campaña, sino que provocó un rompimiento.

“Al presentar un candidato no priista, los priistas, en su intento de modernización, eligieron a un candidato independiente y trataron de yuxtaponerlo sobre la estructura del partido y en ese proceso se perdió la imagen tradicional”.

LA MARCA

La reputación de un partido es algo que va pegado a la marca y, al minimizar en la campaña el logotipo del PRI, los tricolores habían perdido  la marca, asegura el exconsejero del IFE Luis Carlos Ugalde. 

"Si la marca tiene un rechazo del 70%, es mejor exhibir el producto que la marca”, bajo esa lógica, destaca el ahora consultor de la firma Integralia, se construyó la primera etapa de la campaña 2018.

Ugalde, quien ocupaba el cargo de presidente del IFE en las elecciones de 2006, resalta que el partido tiene dos públicos a los que les está hablando: los internos, que tienen orgullo por los colores, el himno y los rituales, y los externos, pero en este caso la campaña externa afectó la comunicación al interior.    

“Hacia afuera este orgullo priista no existe y se convierte en una maldición priista; entonces, en una campaña hacia afuera el logo del partido debe venir en segundo lugar y lo que aparece es el logotipo de tres flechas y el letrero de Meade”.

Lo dicho por Ugalde se ratifica en las encuestas, según el último ejercicio de Reforma, a la pregunta "¿Usted piensa que el PRI debe seguir gobernando el país o debe cambiar el partido en el gobierno?", el 79% piensa que debe cambiar el partido en el gobierno.

En opinión del exconsejero, el tricolor debe alimentar el orgullo de ser priista, porque si no lo hace no se garantizará que el voto duro salga a votar.

SER PRIISTA

Minimizar el logo del PRI en la campaña de José Antonio Meade fue una estrategia pensada para liberar de negativos al candidato, asegura Alex Rodríguez, editor de la revista Campaigns & Elections.

"Por más que se ha tratado que el logo desaparezca, es difícil que la gente lo crea. Al final, Meade sigue cargando con la impopularidad de Enrique Peña Nieto y con la impopularidad del Revolucionario Institucional”.

El experto en campañas considera que el relevo en la dirigencia nacional confirma que los priistas estaban pagando un precio por no asumirse como priistas al 100%, ya que Enrique Ochoa Reza no era visto como un cuadro que abonara en la construcción de la estructura tricolor. A partir de este relevo se prevé una estrategia diferenciada, detalla.

“El orgullo priista ha bajado del veintitantos por ciento al 16-17%, según algunas encuestas; lo que se está tratando de hacer es tener el voto switcher, el voto ciudadano, escondiendo al PRI de los spots, pero en tierra se tratará de operar para recuperar el voto priista”, indica.

ESTRATEGIA COMÚN

Fernando Dworak, consultor político y experto campañas, explica que la estrategia de desaparición del logo del PRI  comenzó a utilizarse en 2006, en la campaña de Beatriz Paredes por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

"En 2006, en la campaña de Beatriz Paredes por el gobierno de la Ciudad, en ningún momento se vio el logo. Es un antecedente y es parte de un aprendizaje y una táctica ya reconocida"

Considera que no es algo exclusivo del PRI y que todos los partidos han recurrido a esta estrategia, salvo Morena.

“Lo que estamos viendo es un gran desgaste de todos los partidos políticos. No solamente del PRI”.