El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) salió a marcarle el alto a Bad Bunny luego de que el cantante puertorriqueño tocara una pieza arqueológica durante su visita al Museo Nacional de Antropología (MNA), episodio que desató una fuerte polémica en redes sociales y obligó a la institución a fijar postura.
La controversia se originó a partir de una fotografía que el propio artista compartió en sus historias de Instagram, donde se le observa colocando la mano sobre una estela arqueológica que se encontraba expuesta sin vitrina. La imagen comenzó a circular de inmediato y generó cuestionamientos sobre el respeto a las normas en espacios culturales mexicanos, especialmente cuando se trata de figuras públicas.
Ante la presión en redes, el INAH aclaró que el incidente ocurrió el miércoles 17 de diciembre y que durante todo el recorrido el cantante estuvo acompañado por personal de custodia del museo, quienes intervinieron de forma inmediata.
“Cuando el artista colocó la mano sobre la estela, personal de custodia del museo reiteró que no se podían tocar las piezas, a lo cual el músico la retiró”, informó el Instituto al referirse al momento que quedó registrado en la imagen.
El organismo fue enfático al recordar que el contacto físico con bienes arqueológicos está prohibido, independientemente de que las piezas cuenten o no con protección adicional, como vitrinas o barreras.
“Como es de conocimiento público, el contacto físico con bienes arqueológicos está prohibido”, subrayó el INAH en su posicionamiento, con el que buscó cerrar el debate y dejar claras las reglas que rigen en museos y zonas arqueológicas del país.
El episodio con Bad Bunny reavivó comparaciones con otros casos recientes, como el del youtuber MrBeast, quien este mismo año grabó contenido dentro de Calakmul, un sitio que no está abierto al público, y que también generó cuestionamientos sobre el acceso privilegiado de celebridades a espacios patrimoniales.
La polémica se dio en medio de la estancia del cantante en México, donde cerró su gira “Debí tirar más fotos” y compartió diversas actividades culturales en redes sociales, entre ellas visitas a funciones de lucha libre, la Casa Azul de Frida Kahlo y el propio Museo Nacional de Antropología.
