Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Cámara de Senadores, volvió a colocarse en el centro de la polémica al ser visto en la sala VIP del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), antes de abordar un vuelo con destino a Tabasco.
El hecho ocurre pese a las recientes exhortaciones de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la lideresa nacional de Morena, Luisa María Alcalde, para que los funcionarios ejerzan el poder con la “justa medianía”.
En imágenes difundidas en la red social X por el periodista Gonzalo Oliveros, se observa al legislador sonriente, acompañado de tres personas, con una chamarra azul marino, camisa guinda y pantalón de mezclilla, cargando una maleta.
Oliveros aseguró que el senador llegó en dos camionetas Suburban y con resguardo de la Guardia Nacional, aunque no presentó pruebas que confirmaran esa versión.
Hace pocos días, Alcalde recordó que, “aunque tengan el dinero, deben evitar los lujos”, insistiendo en que no se trató de un acto de corrupción porque se usaron recursos propios. “Reforcemos la idea de que nuestros dirigentes, aunque tengan los recursos para ponerse ropa muy cara (...) no hacerlo, porque somos dirigentes de un movimiento”, declaró.
Al respecto, Fernández Noroña no tardó en reaccionar, sin mencionar directamente a la dirigente partidista, y expresó su desacuerdo: “Hoy vi que estaba diciendo alguien de la dirección de Morena, creo, que ‘aunque tengas para pagarte algo’. No, no, no. Juárez fue muy claro sobre la decorosa medianía. Es como base a tu ingreso, la justa mediana. Lo que tú puedas pagar con tu ingreso es correcto”.
El caso se suma a otras controversias recientes que involucran a figuras de Morena por viajes y artículos de lujo, como el periplo de Ricardo Monreal a España, la visita de Mario Delgado a Portugal y el recorrido por Japón de Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente López Obrador.
En el pasado, Fernández Noroña ya había sido cuestionado por volar en clase ejecutiva a Estrasburgo, Francia, y su estilo de vida continúa generando debate sobre la congruencia entre el discurso de austeridad y las prácticas personales de algunos dirigentes del partido.