La ‘telenovela’ no oficial del Senado mexicano, protagonizada por los senadores Lilly Téllez y Gerardo Fernández Noroña, acaba de tener un nuevo capítulo.
Esta vez, la panista acusó al morenista de guardar fotos suyas en el celular y lo llamó “desviado”. Con esto, el hashtag #Norolilly, ese “romance” ficticio que nació entre dimes, diretes y memes, podría haber llegado a su dramático final.
Durante la sesión del lunes, Téllez utilizó el pleno del Senado para lanzar un reclamo directo y al micrófono:
“Ah, pero qué cobardes son. Qué cobardes, empezando por el que está detrás de mí, que es Fernández Noroña. Que, por cierto, aquí le reitero, Fernández Noroña, que quiero una explicación por qué carga fotos mías en su carrete del celular. Desviado. ¿Por qué carga fotos mías?”
Ante los señalamientos, el aludido aparentemente no aguantó la presión y se fue del recinto. Ella, como protagonista, remató:
“Ya se fue, salió corriendo porque le estoy reclamando que trae fotos mías, Fernández Noroña”.
Las redes no tardaron en reaccionar. El fandom del ‘Norolilly’ — se sacudió. ¿Era esto una señal de ruptura?
Momentos después, también usando el pleno del Senado, Noroña rompió el silencio y, fiel a su estilo, negó absolutamente todo:
“No tengo ninguna fotografía de quien quisiera que yo tuviera su fotografía”, dijo, asegurando que lo que compartió fue una captura de pantalla de otra persona, y que esas imágenes no son de su carrete.
Y para despejar dudas —y, según internautas, para que no lo regañen en casa— el senador dejó claro que su corazón ya tiene dueña:
“Yo soy felizmente rejuntado, tengo a mi compañera de vida y no ando buscando más. Desde aquí le hago una declaración de amor a mi compañera de vida y de fidelidad plena”.
Este enredo viene de semanas atrás, cuando Noroña subió a X una imagen celebrando un anuncio de Donald Trump. Hasta ahí, todo normal. Pero los internautas no perdonan: al hacer zoom a la captura, se descubrió una miniatura de Lilly Téllez entre las fotos del dispositivo. El detalle no pasó desapercibido, y de ahí se armó el famoso shippeo.
La relación de ‘amor y odio’ entre Téllez y Noroña es ya legendaria. Ella lo ha llamado “bellaco”, él le ha respondido con ironías, y entre ambos han alimentado sin querer una narrativa poderosa.
En redes, el ‘Norolilly’ se volvió un fenómeno con memes, montajes de inteligencia artificial, e incluso videos donde se les ve abrazados y besándose —todo, claro, obra de la imaginación digital.