Parteras en el siglo XXI: en busca de atención digna para la mujer

Es parte de Morada Violeta, un grupo de parteras que atienden con enfoque en Derechos Humanos
Es parte de Morada Violeta, un grupo de parteras que atienden con enfoque en Derechos Humanos
Kay Cisneros.Es parte de Morada Violeta, un grupo de parteras que atienden con enfoque en Derechos Humanos
Especial
Karla Rodríguez
2022-03-15 |09:14 Hrs.Actualización09:13 Hrs.

Cuando las personas escuchan la palabra “partera” por lo general la asocian a una práctica muy vieja y peligrosa; sin embargo, eso es un mito ya que, en la actualidad aún existen casas de partería en las que ayudan a las mujeres en el proceso de alumbramiento, pero también dan seguimiento a los primeros meses del bebé.

Este es el caso de Morada Violeta, una agrupación de parteras que atiende a mujeres durante el proceso de gestación del embarazo, en los primeros meses de vida de su bebé, pero también ofrecen atención ginecológica, todo ello desde una perspectiva feminista, con este modelo de atención buscan frenar la violencia obstétrica y la muerte materna.

“Cuando la gente escucha partería lo primero que se imagina es, eso es riesgoso, las mujeres que se atienden con una partera o que se atienden en su casa, están en peligro, pueden morir, sus bebés pueden morir. Y eso es un gran mito que está alimentado por la desinformación y la discriminación hacia nuestro trabajo”, afirmó Kay Cisneros partera en Morada Violeta a Nación 321.

En México, en junio de 2016, se aprobó una versión revisada de la Norma Oficial Mexicana 007, en la que se hace referencia específica a las parteras como prestadoras calificadas para la atención de parto de bajo riesgo obstétrico, este documento aplica a nivel federal para todo el personal del sector público, social y privado.

Además, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), hasta 2017 se sabía de la existencia de alrededor de 15 mil parteras tradicionales y según el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, en octubre de 2013 había 23 parteras técnicas contratadas en hospitales.

UN POCO DE HISTORIA

En el país, desde 1983 nace la partería profesional, en ella, las parteras estudiaban junto con los médicos en maternidad, pero fue hasta 1990 que se crea la carrera de enfermería y partería como especialización de la enfermería, en este tiempo, la mayor parte de los partos en hospitales eran atendidos por enfermeras obstetras, quienes también llevan el control del embarazo y la atención perinatal.

En 2016 el INSP y la Fundación MacArthur hacen estudios que comparan la integración de la partería en los hospitales con el principal objetivo de reducir la muerte materna, entre los resultados que encontraron fue que permitir a las mujeres moverse, alimentarse y permitirles partir en la posición que ellas consideraban adecuadas, ayudaba al proceso; sin embargo, por la saturación hospitalaria, no se les podía brindar esta opción.

UN AÑO DE ATENCIÓN

Morada Violeta inició con la atención a mujeres en marzo del 2021, de acuerdo con la partera Kay Cisneros, en un año han atendido a más de 500 mujeres y han acompañado al nacimiento de muchos niños en la casa de partería.

“El objetivo de nuestro espacio, la razón por la que nos dimos cuenta que era muy importante generar un espacio como este, es que hoy en día las tasas de violencia  gineco-obstétricas son altísimas y no hay espacios seguros para la atención de nuestra salud, la mayoría de mujeres que van a una atención de parto o incluso en la atención ginecológica que van a hacerse un Papanicolau, atraviesan circunstancias de violencia muy difíciles desde la desinformación, o incluso intervenciones a tu cuerpo sin tu consentimiento.

“En el parto la situación es más difícil porque se han visto casos de mujeres que incluso las amarran para que no griten, este tipo de violencia es muy grave que se enfrenta en todo el mundo, pero no estamos hablando lo suficiente y no se está visibilizando lo suficiente”, detalló.

La partera de Morada Violeta explicó que durante la pandemia, los casos de esta violencia crecieron por la saturación hospitalaria y que, a pesar de tener mucha difusión por ser una alternativa que no exponía a las mujeres en un hospital de contraer el virus: “nos dimos cuenta que el miedo a un parto en casa era más fuerte que el miedo al COVID-19”.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, en la última semana epidemiológica de 2021, sobre muerte materna se registraron 92.6 defunciones por cada 100 mil nacimientos estimados, es decir mil 36 muertes durante 2021. La Ciudad de México, Puebla y Jalisco fueron los estados que encabezaron las cifras de muerte materna y las principales causas fueron: enfermedad hipertensiva, edema y proteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio, hemorragia obstétrica y COVID-19 con virus identificado.

PERFIL DE LAS PARTERAS

La labor de ayudar a las mujeres en sus partos requiere una preparación especial, pues de acuerdo con Kay Cisneros existen muchas diferencias entre las parteras de ciudad y las tradicionales, pues las tradicionales se basan en conocimientos de generación en generación y es la mentora la que determina el momento en el que se está lista para atender los partos, puso como ejemplo el caso de Perú, en el que las parteras determinan que una mujer no está lista hasta que tenga 40 años.

“En Morada Violeta nosotros seguimos las competencias y habilidades de la Confederación Internacional de Matronas, tenemos que cubrir cierto número de partos, entregar trabajos teóricos, hacer exámenes de competencias y después estamos listas para ejercer. En nuestro caso también es un modelo muy cercano en el que tu mentora te va acompañando a lo largo de varios años y con todos estos exámenes y determina cuándo ya estás lista para ejercer”, señaló.

Agregó que el modelo de formación que ellas tienen es muy serio y está basado en las recomendaciones internacionales, pues tienen que tener conocimientos y estar capacitadas para resolver cualquier tipo de emergencia clínica, ya sea dando RCP o bien controlando hemorragias.  

Kay señaló que ella decidió desde los 15 años que quería dedicarse a ser partera, pues fue testigo del parto en el que nacieron sus hermanos y le llamó la atención la manera tan distinta en el que se llevó a cabo el proceso.

“Fue algo que me marcó porque no era la manera tradicional en la que yo veía en las series o películas un parto en hospital, donde las mujeres están acostadas, canalizadas, el parto que vi fue diferente, ella se podía mover, podía comer, ingerir bebidas y lo más importante es que dio a luz en la posición que ella quiso porque su cuerpo así se lo pidió”, comentó.

TRATAMIENTOS

La partera señaló que en Morada Violeta dan un acompañamiento puntual a cada mujer que decide atenderse con ellas: “damos citas personalizadas, no solo es una revisión de 20 minutos y ya te vemos hasta el mes que viene, también tratamos de evaluar a las mujeres, su alimentación, su estado de ánimo, porque muchas veces todo eso influye”.

Aclaró que ellas no pueden recibir a las mujeres que llegan con contracciones porque no conocen el procedimiento ni antecedentes del embarazo, pero que a las que deciden quedarse con ellas, les puedes hacer un seguimiento posterior al embarazo para que les recomienden cuidados tanto para la madre como para el bebé.

“En casa tampoco hacemos intervenciones como acelerar el trabajo de parto con medicamentos, poner anestesias, hacer pujos dirigidos,  la maniobra de Kristeller que es empujar la panza esa que hemos visto que se suben y les aprietan la panza para que nazca o incluso el corte que se hace en el periné para hacer “más espacio”, porque lo que se ha encontrado es que todas estas intervenciones generan complicaciones”, dijo.

PARTERÍA COSA DEL FUTURO

La partera señaló que lo ideal es que las mujeres tuvieran una atención conjunta entre médicos y parteras pues un embarazo no es igual a una enfermedad y se debe atender desde la intuición de las mujeres, desde la escucha del cuerpo.

“Hay estadísticas que dicen que incluso es más peligroso manejar un auto que un embarazo y nadie va por la vida manejando con miedo pensando en que eso se puede complicar y lamentablemente en el embarazo si pasa por la desinformación”, comentó.

Precisó que las estadísticas de las complicaciones de un parto en casa que requieren hospitalizaciones son muy bajas a nivel mundial, pero que lamentablemente cuando esto llega a suceder, en los hospitales se violenta más a las mujeres porque decidieron tener a sus bebés fuera del sistema de salud.

“Eso es muy grave porque deberíamos tener un trabajo conjunto y han habido casos en los que incluso se violentan a las parteras, pero si existiera un trabajo conjunto, incluso se ayudaría a bajar los niveles de saturación hospitalaria y de muertes”, señaló.

Kay Cisneros afirma que la partería no es cosa del pasado, sino algo del futuro: “es algo que todas debemos trabajar para que sea accesible para todas las mujeres, todas necesitamos una atención justa, una atención digna basada en derechos humanos y una atención con enfoque feminista”.