Con una estrategia de cercanía y presencia directa en espacios públicos, la Lotería Nacional puso en marcha el Museo de la Suerte, un proyecto itinerante con el que busca reforzar su vínculo con la ciudadanía, compartir su historia y subrayar su vocación social más allá de los sorteos.
La iniciativa, desarrollada a lo largo de dos semanas, recorrió más de mil 200 kilómetros del país y visitó ocho ciudades en cinco entidades, como parte de un ejercicio que llevó a la institución fuera de sus sedes tradicionales y la colocó en plazas y puntos de fácil acceso para la población.
De acuerdo con los datos del propio recorrido, alrededor de tres mil personas ingresaron al museo móvil, habilitado dentro de un tráiler, mientras que otras más tuvieron contacto con el proyecto desde el exterior de la unidad. El promedio diario fue de aproximadamente 350 visitantes, quienes participaron en recorridos guiados y actividades diseñadas para explicar el origen, la historia y el impacto social de la Lotería Nacional.
El equipo encargado del museo realizó cerca de 300 sesiones de exposición ante grupos de visitantes, en un formato pensado para públicos de distintas edades. Entre las dinámicas con mayor respuesta se encontraron la cabina de los niños gritones, la esfera de la suerte y la alberca de los deseos, donde los asistentes plasmaron aspiraciones personales y reflexionaron sobre el destino social de los recursos generados por los sorteos.
Durante el recorrido se entregaron alrededor de 5 mil 700 esferas con deseos escritos por los visitantes, como parte de una experiencia que buscó combinar la historia institucional con la participación directa del público. De manera paralela, la unidad incluyó un punto de venta en el que se difundieron distintos productos de la institución, así como materiales conmemorativos vinculados a sorteos especiales.
El Museo de la Suerte pasó por León y Celaya, en Guanajuato; Querétaro, Querétaro; Pachuca, Tulancingo y Tula, en Hidalgo; Toluca, Estado de México, y la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México, que fue la última parada del mes de diciembre. En cada punto, la instalación contó con acompañamiento de autoridades locales para facilitar su operación y garantizar condiciones de seguridad.
La Lotería Nacional informó que el proyecto contó con difusión a nivel local, estatal y nacional, tanto en redes sociales como en medios de comunicación, lo que permitió anunciar con antelación la llegada del museo a cada ciudad y generar expectativa entre la población.
Con más de 255 años de historia, la Lotería Nacional es considerada la segunda institución más antigua del país y destina parte de sus ingresos a la asistencia pública. A través de este museo itinerante, la institución busca reforzar su presencia en territorio y presentarse ante nuevas generaciones como un organismo con legado histórico, pero también con una función social vigente.
