A cinco años del estreno de la serie Historia de un crimen: La búsqueda, Lizette Farah, madre de la menor Paulette Gebara Farah, promovió una demanda civil en contra de Netflix y la productora Dinamo, al considerar que la producción le causó daño moral y vulneró su derecho a la privacidad mediante el uso no autorizado de su nombre, imagen e historia personal.
La acción legal, revelada por TVNotas, se sigue por dos vías: una civil, por presunto daño moral, y otra en materia de propiedad intelectual, por el uso indebido de la imagen. De acuerdo con su equipo jurídico, la reclamación contempla incluso hasta el 40 % de las ganancias generadas por la serie, estrenada en 2020.
Según el abogado José Manzo, la difusión del contenido reactivó el interés masivo sobre uno de los casos más mediáticos del país, lo que derivó en afectaciones directas para la vida cotidiana, profesional y familiar de su clienta, quien no es una figura pública. “Desde revivir la tragedia y revictimizarla, hasta recibir una lluvia de mensajes en redes sociales y correos”, explicó.
El defensor legal señaló que, tras el estreno, Farah comenzó a ser reconocida en espacios públicos, situación que derivó en rechazo social, hostigamiento y pérdida de oportunidades laborales. “A raíz de ello, se le han caído negocios, cuestiones de su vida profesional. A donde vaya, la reconocen y el tema vuelve a estar presente, aunque hayan pasado años”, afirmó.
El impacto, sostuvo, también se ha reflejado en episodios de hostilidad en lugares públicos, lo que ha incrementado el temor y la paranoia de la madre de Paulette. En uno de los casos narrados, Farah percibió que meseros escupían en su café, situación que la llevó a modificar rutinas y limitar su presencia en espacios abiertos. “Ella tiene hasta temor de que un loquito, con base en la serie, diga: ‘¿Tú fuiste?’ Y quiera ser una especie de vengador anónimo”, expuso Manzo.
El daño, añadió, no se limita a ella como individuo, sino que alcanza a su entorno más cercano. “Ya no es su vida normal. Ya no sale a la calle, también hay cuestiones familiares como su otra hija (…) El daño es a su entorno”.
Otro de los ejes centrales de la demanda es la forma en que Lizette Farah fue representada en la serie. La defensa sostiene que el personaje inspirado en ella, interpretado por Verónica Bravo, exagera rasgos y actitudes con fines dramáticos, generando una percepción pública distorsionada y reforzando la sospecha social en torno a la muerte de la menor.
“La actriz le da al personaje un carácter un poquito más ‘cómico’. Sucede el hecho de enfatizar mucho las cosas, de exagerar para darle el punch que necesitas para vender”, señaló el abogado.
Además, se cuestiona la inclusión de imágenes reales de Lizette Farah al final de la producción, así como la recreación exacta de espacios íntimos, como el cuarto de Paulette, a partir de material obtenido durante la investigación judicial. La demanda también advierte que la imagen y el nombre de la otra hija de Farah fueron utilizados, aunque por ahora no se solicita resarcimiento en ese punto para evitar mayores afectaciones a la menor.
Antes de acudir a los tribunales, Farah intentó, sin éxito, establecer mecanismos de diálogo para retirar la serie. Manzo subrayó que, a diferencia de otros países, en México no se solicitó permiso, ni se firmó contrato, ni se otorgó indemnización alguna a la familia.
El caso Paulette ocurrió en 2010, cuando la niña de cuatro años, con discapacidad motriz y de lenguaje, fue reportada como desaparecida en su domicilio de Huixquilucan, Estado de México. Nueve días después, su cuerpo fue localizado en su propia cama. Aunque la versión oficial apuntó a una muerte accidental, inconsistencias en la investigación mantuvieron el debate público abierto durante años.
Hasta el momento, ni Netflix ni Dinamo han emitido posicionamiento alguno sobre la demanda presentada por la madre de Paulette Gebara Farah.
