En cada aniversario de Pedro Infante, las películas, las serenatas y los homenajes oficiales se acompañan inevitablemente de algo que ningún discurso institucional puede igualar: sus frases más memorables.
A 108 años de su nacimiento, el país volvió a recordarlo a través de esas líneas que se convirtieron en sello del cine mexicano y que hoy circulan entre generaciones como parte del lenguaje popular.
Entre las más famosas está el icónico grito de Nosotros los pobres: “Pepe el Toro es inocente”, una frase que ha trascendido de la pantalla al imaginario colectivo.
También se recordaron los momentos más dramáticos de su filmografía, como el doloroso “Torito, mataron a mi Torito” de Ustedes los ricos, y la advertencia cargada de simbolismo de Tizoc: “Cuando el tecolote canta, el indio muere”.
En contraste, el público también destacó el sentido del humor que el actor imprimía en sus personajes. De Los tres García, resurgió la célebre “Mientras cómamos, ámenos y bébanos, aunque no trabájenos”, mientras que desde Escuela de vagabundos volvió a circular la frase: “¡Qué bueno que vinieron, si no, no sé qué hubiera hecho con tanta comida!”, una de las más compartidas en plataformas digitales por su tono ligero.
El lado romántico del ídolo tampoco pasó desapercibido. Usuarios recordaron la ternura de Tizoc con “Yo ti quero más que a mis ojos”.
Así como diálogos que permanecen vigentes por su ironía, como el que pronunció en Dos tipos de cuidado: “A mí ninguna mujer me toma en serio porque dicen que ando con muchas y yo tengo que andar con muchas porque ninguna me toma en serio”.
Las conmemoraciones de este año incluyeron actividades culturales, visitas a museos dedicados al actor, proyecciones y publicaciones especiales sobre su trayectoria. Pero fueron sus líneas, más que cualquier acto formal, las que volvieron a ocupar el centro: frases que llevan décadas repitiéndose y que hoy son parte de la identidad cultural del país.
Pedro Infante continúa no solo en su música o en su filmografía, sino en esas palabras que aún provocan risa, nostalgia, lágrimas o complicidad. A 108 años de su nacimiento, sus frases siguen sonando como si el ídolo nunca se hubiera ido.
