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Cereza y su cachorro Cerecito, sobrevivientes de la explosión en Iztapalapa, regresan a casa

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Cerecitos.Díaz explicó que, aunque muchas personas se ofrecieron a adoptarlos, decidieron quedarse con los dos lomitos
(Especial)

Después de casi dos meses de lucha por sobrevivir, Cereza, una perrita embarazada que resultó gravemente herida durante la explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, Iztapalapa, y su único cachorro sobreviviente, Cerecito, finalmente regresaron a casa bajo el cuidado del refugio Huellitas de amor sin fronteras.

La fundadora del albergue, Ana Silvia Díaz, compartió en redes sociales que el pequeño Cerecito fue dado de alta tras su tratamiento veterinario, y que tanto él como su madre están nuevamente “rodeados de cariño, seguros, sanos y con un futuro lleno de amor”.


La historia de Cereza conmovió a miles de personas. La perrita, embarazada al momento del accidente, fue rescatada entre el humo y las llamas por voluntarios del refugio.

Debido a la gravedad de sus heridas, tuvo que ser sometida a una cesárea de emergencia, en la que dio a luz a cinco cachorros, de los cuales solo uno —Cerecito— logró sobrevivir.

El refugio compartió el pasado 7 de noviembre un mensaje que celebró la recuperación de ambos animales:

“Cereza y Cerecito ya están en casa. Hoy nuestro corazón late más fuerte que nunca… Después de tanta lucha, de noches llenas de preocupación, lágrimas y esperanza, por fin podemos decirlo: Cereza y su pequeño Cerecito han llegado a casa”.

Díaz explicó que, aunque muchas personas se ofrecieron a adoptarlos, decidieron quedarse con los dos lomitos:

“Nos la vamos a quedar, porque sus almas ya son parte de nuestra manada. Sus heridas cuentan una historia que merece ser vista y escuchada: la historia de una mamá quemada que no soltó la vida, de un bebé que decidió quedarse en este mundo. Dos guerreros que se aferraron a sobrevivir”.

La organización reconoció que aún tienen adeudos pendientes por los gastos veterinarios, por lo que mantienen abiertas las vías de donación.

“Aún hay adeudos pendientes de su caso y cada granito de ayuda nos acerca a cerrar este capítulo con paz. Porque cuando un corazón late por amor, ninguna herida es eterna”.

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