En este Halloween, cuando las calles se llenan de disfraces y fantasmas de mentira, el verdadero terror se respira en el mundo real.

No proviene de castillos embrujados ni de historias de ultratumba, sino de conflictos, virus y catástrofes que han puesto a la humanidad frente a sus propios límites.
Desde la sombra de una guerra nuclear hasta los experimentos biológicos fuera de control, pasando por huracanes que arrasan naciones enteras, 2025 se perfila como un año donde el horror no necesita maquillaje.

EL FANTASMA NUCLEAR VUELVE A RECORRER EL MUNDO
El reloj del Juicio Final —una medición simbólica del riesgo global creada por científicos atómicos— sigue marcando 90 segundos antes de la medianoche, el punto más cercano al colapso en toda su historia.
Rusia mantiene en alerta su arsenal nuclear en medio de su guerra con Ucrania, mientras Estados Unidos refuerza alianzas en Europa del Este y Asia.

En paralelo, Corea del Norte continúa sus pruebas balísticas y amenaza con atacar a su vecino del sur “en defensa preventiva”, de acuerdo con la agencia estatal KCNA.
La tensión militar revive los miedos de la Guerra Fría: un conflicto regional podría escalar en cuestión de horas a una confrontación nuclear global.
A estas guerras que involucran armas hay que sumar las económicas o arancelarias que se han vivido en los últimos meses tras la llegada del presidente Donald Trump al poder.
GAZA: EL HORROR HUMANO DE UN GENOCIDIO
La guerra en Medio Oriente alcanzó un nuevo nivel de brutalidad. En septiembre, una comisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU concluyó que Israel ha cometido genocidio en Gaza, al documentar ataques indiscriminados contra la población civil y una intención sistemática de “destrucción del grupo palestino”.
El informe, respaldado por testimonios y evidencias satelitales, reavivó el debate sobre la impunidad en conflictos internacionales y el papel de las potencias occidentales, muchas de las cuales siguen suministrando armas a Israel.
Las imágenes de barrios enteros reducidos a escombros y hospitales sin luz recuerdan que, en Gaza, el miedo no es una emoción pasajera, sino una forma cotidiana de vida.
LABORATORIOS, VIRUS Y MONOS DE PELÍCULA
Cinco años después del inicio del COVID-19, el origen del virus continúa siendo una incógnita. En enero, la CIA declaró que “es más probable que haya surgido de un laboratorio”, aunque con “baja confianza”.
La Organización Mundial de la Salud mantiene abierta la investigación y señala que tanto el origen natural como el accidental “siguen siendo posibles”.
Pero la realidad volvió a superar la ficción este 29 de octubre, cuando un camión que transportaba monos de laboratorio se volcó en una autopista de Mississippi.
Los animales —macacos rhesus usados en experimentos biomédicos— escaparon y provocaron una alerta sanitaria tras difundirse que podrían portar hepatitis C, herpes y COVID-19.
Videos compartidos en redes sociales mostraron a los monos corriendo por el campo mientras equipos de emergencia intentaban recapturarlos. Las autoridades confirmaron que casi todos fueron abatidos, dejando solo uno con vida.
Esta escena puso a más de uno con los ‘pelos de punta’ por el riesgo que esto podría contraer y lo que ya se vivió un el mundo: una pandemia que paralizó todo.
HURACANAES E INUNDACIONES: EL TERROR CLIMÁTICO
El cambio climático también se ha vuelto una historia de miedo real. Este octubre, el huracán Melissa dejó al menos 32 personas muertas a su paso por el Caribe: 23 en Haití, cuatro en Jamaica, cuatro en Panamá y una en República Dominicana.
La tormenta, que alcanzó Categoría 5, devastó Jamaica antes de tocar Cuba con Categoría 3.
En México, las inundaciones de este año han cobrado decenas de vidas y destruido miles de viviendas, sobre todo en el centrodel país. Expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático advierten que fenómenos de esta magnitud serán cada vez más frecuentes e intensos.
La naturaleza, al igual que la política, parece haber perdido toda paciencia.
EL MIEDO NO ES FICCIÓN
El verdadero terror del siglo XXI no se esconde detrás de máscaras ni en historias de fantasmas.
Está en los misiles que podrían borrar ciudades enteras, en laboratorios donde la ciencia se cruza con la imprudencia, en guerras que parecen no tener fin y en tormentas que borran del mapa a comunidades enteras.
Este Halloween, el miedo más grande no está en la oscuridad, sino en lo que la humanidad hace a plena luz del día.




