Con el inicio de 2025, los consumidores deberán preparar la cartera: los precios de refrescos subirán por el ajuste al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que tendrá un incremento de 4.5% calculado con base en la inflación anual (4.55% según el Inegi).
La Secretaría de Hacienda informó que, a partir del 1 de enero, el gravamen en bebidas azucaradas se fijará en 1.6451 pesos adicionales por litro.
Esto significa que una botella de 2 litros costará al menos 3 pesos más que en 2024.
Para ponerlo en contexto, en la Ciudad de México una Coca-Cola o Pepsi de 355 ml cuesta en promedio 13.44 pesos.
Hoy en día, la Coca-Cola sin azúcar en lata de 600 ml vale 14 pesos, el envase desechable de 235 ml se encuentra en 15 pesos y la presentación familiar de 2.75 litros ronda los 37 pesos. Con el nuevo impuesto, estas presentaciones también resentirán un ajuste.
Pero los cambios no se detendrán ahí. La Secretaría de Hacienda propuso que para 2026 la cuota del IEPS a bebidas saborizadas se eleve de 1.6451 a 3.0818 pesos por litro, incluyendo las que contienen edulcorantes no calóricos.
El secretario de Hacienda, Édgar Amador, defendió la medida:
“Proponemos medidas fiscales en favor de la salud pública. A partir de 2026, se ajustará el IEPS aplicado a bebidas azucaradas y tabacos, con un doble objetivo: incentivar hábitos más saludables y contrarrestar los efectos presupuestales asociados al tratamiento de las enfermedades vinculadas con el consumo de estos productos”, señaló en la entrega del paquete económico 2026 a la Cámara de Diputados.
El tema ya generó respaldo en el Congreso. El líder parlamentario de Morena, Ricardo Monreal, advirtió que pese a la presión de la industria, su bancada apoyará la medida:
“Estas bebidas y el tabaco han generado estragos en la salud pública y que finalmente el Estado mexicano plantea. Aunque tendremos ya desde hoy o mañana los grupos de cabilderos, la mayoría legislativa resistirá, porque es conveniente hacerlo”, afirmó.
Mientras la justificación gubernamental se centra en la salud pública y en aumentar la recaudación federal, la pregunta inmediata para los consumidores es clara: ¿Cuánto costará el próximo refresco? La respuesta es sencilla: al menos unos pesos más, y con la proyección para 2026, el alza será todavía mayor.