Este mes de julio es especialmente importante para los oaxaqueños, pues se celebran las fiestas de la Guelaguetza, donde se recuerda la unidad de los pueblos de sus ocho regiones, se muestra la resistencia de los pueblos indígenas y se visibiliza la diversidad cultural del estado.
La fiesta de la Guelaguetza, la cual se deriva del vocablo zapoteca Guendalezaa, que significa “ofrenda, presente, cumplimiento”, también se le conoce como “Fiesta de los Lunes del Cerro” y en ella se efectúan presentaciones folklóricas, culturales y deportivas.
Esta fiesta muestra las expresiones artísticas de las ocho regiones de Oaxaca, es decir, la Costa, Cañada (ahora Sierra Flores Magón), Tuxtepec, la Mixteca, Sierra Sur, Sierra Norte, los Valles Centrales y el Istmo.
Pero... ¿cuál es su origen? En Nación321 te lo contamos.
UNA FIESTA DE UNIÓN Y GRATITUD
La “Guelaguetza”, nombre que se puso a este encuentro en la década de los 30, del siglo pasado, es de origen prehispánico y se tomó del nombre de una de las instituciones de “ayuda mutua” de los pueblos originarios de Oaxaca.
El término hace alusión en zapoteco a las ideas de “cooperar” y “reciprocidad”; además, hace referencia a los “obsequios de cortesía” que se intercambian entre las familias de una comunidad.
Algunas investigaciones históricas sugieren que los orígenes de esta fiesta se encuentran en la época prehispánica, en las costumbres de los antiguos zapotecas y las ofrendas que realizaban a los dioses agrícolas Pitao Cocijo y Pitao Cozobi, en agradecimiento por sus cosechas.
Las ofrendas se desarrollaban a mediados de julio e incluían música, danza, alimentos y la compartición de los primeros frutos de la siembra en la comunidad.
Los festejos honraban a Centéotl, Chicomecóatl o Xilonen e Ilamatecuhtli –deidades representantes del maíz impuestas a los zapotecas en el predominio mexica–, pero tras la llegada de los españoles, las costumbres de los antiguos pobladores pasaron por la imposición del catolicismo y con el tiempo este ritual involucró la veneración a la Virgen del Carmen, celebrada el 16 de julio.
Como es costumbre entre los oaxaqueños, los festejos a la virgen también implicaban un gran jolgorio y con el pasar de los años fueron conocidos como Los lunes del cerro, pues, tal como lo indicaba la tradición católica, si la festividad no caía en domingo se realizaba el lunes siguiente con una segunda celebración a los ocho días posteriores.
Durante años la tradición tuvo mucha fuerza; sin embargo, para la segunda mitad del siglo XIX su práctica decayó considerablemente hasta que en 1932, con motivo de la celebración de los 400 años de la ciudad de Oaxaca, cuando el gobierno estatal organizó un programa con elementos tradicionales de cada una de las regiones.
Así, este programa fue bautizado como Guelaguetza y desde entonces diversas delegaciones de comunidades indígenas del estado participan año con año.
LA GUELAGUETZA DE HOY
La Guelaguetza, tal como la conocemos actualmente, se realiza en La rotonda de la Azucena, localizada en la zona conocida como el cerro del Fortín, en la capital del estado de Oaxaca, los dos lunes posteriores al 16 de julio.
Es una plataforma de difusión de las acciones culturales del estado de Oaxaca y está conformada por un amplio programa que integra música, danza, arte y gastronomía.
Este año uno de los objetivos es hacer la tlayuda más grande del mundo, por ejemplo.