Después de estar 19 años y cinco meses en prisión, Juana Hilda González, fue liberada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al no contar con las pruebas suficientes para incriminarla por el secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace Miranda, hijo de Isabel Miranda de Wallace, en 2005.
La SCJN determinó que el proceso de Juana Hilda estuvo marcado por graves violaciones al debido proceso, incluyendo tortura y el uso de pruebas ilícitas.
Pero, ¿cómo fue la detención de Juana Hilda González? En Nación321 te contamos.
Hugo Alberto Wallace fue secuestrado el 11 de julio de 2005 en el sur del entonces Distrito Federal. De acuerdo con las investigaciones, el empresario habría sido asesinado; sin embargo sus restos nunca fueron encontrados.
Su madre, Isabel Miranda de Wallace, comenzó a investigar por su cuenta e inició una campaña para presionar a las autoridades para que dieran con los responsables del homicidio de su hijo.
Miranda de Wallace colocó espectaculares con los rostros y nombres de los presuntos sospechosos del crimen de su hijo por toda la ciudad.
Fue entonces que la entonces Procuraduría General de la República (PGR), a cargo de las investigaciones, determinó que en el secuestro y homicidio del empresario participaron seis personas:
- Juana Hilda González
- César Freyre Morales
- Jacobo Tagle Dobin
- Brenda Quevedo
- Tony Castillo Cruz
- Alberto Castillo Cruz
La versión de la PGR señaló que Hugo Alberto fue secuestrado y asesinado por dichas personas, quienes supuestamente pidieron un rescate de 950 mil dólares.
Entre marzo y junio de 2006, las autoridades detuvieron a Tony y Alberto Castillo, César Freyre Morales y Juana Hilda González, quienes denunciaron haber confesado bajo tortura su participación en el caso.
César Freyre Morales y Juana Hilda González eran pareja; además de que fueron vinculados con el narcotraficante Édgar Valdez Villarreal ‘La Barbie’.
Además, fue señalada por haber sido bailarina en Grupo Climax.
En ese entonces, Juana Hilda González Lomelí confesó, bajo circunstancias sospechosas, haber llevado con engaños a Hugo Alberto a un departamento en la colonia Extremadura Insurgentes, donde supuestamente ocurrió el crimen.
Sin embargo, nunca se hallaron evidencias ni el cuerpo de la víctima.
Semanas después, Juana Hilda denunció haber sido torturada, drogada y amenazada en las instalaciones de la SIEDO para obtener esa confesión.
En mayo de 2022, la SCJN atrajo el caso por indicios de tortura, y en ese entonces, la Primera Sala de la Corte resolvió que la confesión de Juana Hilda fue obtenida bajo coerción, en un contexto de arraigo y violaciones a sus derechos humanos.
Por tanto, se declaró nula su declaración y cualquier prueba derivada de ella.
