El influencer extranjero Alex Serrano, conocido en TikTok por comprar productos a vendedores ambulantes para luego regalarlos a los transeúntes, volvió a ser tendencia tras una inesperada experiencia en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Serrano, quien semanas atrás se hizo viral tras ser “estafado” por una vendedora de Bon Ice, esta vez se topó con un hombre de la tercera edad que ofrecía donas de chocolate y de azúcar en un gran canasto. La escena quedó documentada en un video que rápidamente circuló en redes.
El influencer se acercó al vendedor y le preguntó: “¿Qué me puedes vender con mil pesos?”. El hombre, sorprendido, respondió que todo su producto. Serrano no solo le pagó la cantidad acordada en efectivo, sino que también le dejó el cambio como propina. A partir de ahí, comenzó a repartir las bolsas de donas de manera gratuita entre los peatones.
Sin embargo, lo que parecía una acción sencilla se transformó en un momento caótico. Al enterarse de que las donas eran gratis, decenas de personas comenzaron a aglomerarse en torno a Serrano. La multitud se desbordó, generando una escena que varios usuarios describieron como una “estampida”, señalando que la situación se salió de control.
El video no solo capturó la avalancha de personas, sino que también abrió un acalorado debate en redes. Comentarios como “Pinche gente hambreada” o “No que un México sin hambre” se repitieron en múltiples publicaciones, generando indignación por su tono clasista y ofensivo.
Algunos usuarios también reflexionaron sobre la dinámica del video: “Todo bien con que le compre al señor, pero qué coraje da que antes de que él llegara nadie le compraba al señor”, mientras que otros lamentaron la falta de orden.
A pesar de las críticas, muchos defendieron tanto a los peatones como al gesto del influencer. “Alex Serrano todo un amor. El señor de las donas todo un amor. La gente de atrás toda hambr3ada”, escribió un usuario, reflejando el tono agridulce que predominó en los comentarios.
Varios creadores de contenido salieron en defensa de quienes aceptaron las donas, subrayando que en un país con altos índices de pobreza no hay nada de malo en recibir un regalo.