A una semana del asesinato de dos funcionarios cercanos a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, el caso sigue sin esclarecerse.
No es un hecho aislado. A lo largo de los años, México ha acumulado una dolorosa lista de crímenes mediáticos que, pese a su alto perfil, continúan envueltos en sombras. Desde asesinatos políticos hasta ejecuciones transmitidas en vivo, estos casos reflejan la violencia que enfrenta el país.
A continuación, en Nación321 presentamos un recuento de algunos de los crímenes sin resolver más mediáticos de los últimos tiempos, donde el paso del tiempo no ha logrado borrar las dudas ni silenciar la exigencia de justicia.
PLANEACIÓN A SANGRE FRÍA
El 20 de mayo, alrededor de las 07:00 horas, la cotidianidad de Calzada de Tlalpan se quebró con el eco de disparos. Muy cerca de la estación del Metro Xola, Ximena Guzmán, secretaria particular de la Clara Brugada, esperaba en su vehículo a José Muñoz, coordinador general de asesores.
Al momento en que él intentaba abordar el automóvil, un hombre con chamarra blanca, chaleco verde y casco se acercó y disparó repetidamente.
Tras cometer el crimen, el atacante huyó en una motocicleta negra con placas de Querétaro, conducida por un cómplice que ya lo esperaba. Las autoridades identificaron que esta persona había hecho vigilancia previa el 14 de mayo.
La moto fue abandonada a escasos 500 metros de la escena, junto con chalecos y un casco, mientras que una camioneta Nissan Kicks azul, usada por los agresores, apareció después en la alcaldía Iztacalco. Posteriormente, utilizaron una Urvan blanca que los llevó hasta Tonanitla, en el Estado de México.
Las autoridades capitalinas y federales reconocieron el alto grado de planeación detrás del crimen. Las investigaciones apuntan a que el conductor de la motocicleta podría ser el mismo que hizo el seguimiento previo a las víctimas. Aunque la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) rastrea a uno de los implicados en Querétaro, aún no hay detenidos.
Además, dos mandos policiales son investigados internamente por presunta manipulación de indicios. A una semana del doble homicidio, la fiscal Bertha Alcalde advirtió que la complejidad del caso requiere investigaciones especializadas que podrían tomar tiempo.
“EN VIVO”: INFLUENCER ASESINADA
El 13 de mayo de 2025, Valeria Márquez, influencer y modelo de 23 años, fue asesinada a tiros en su propio salón de belleza, Blossom The Beauty Lounge, mientras realizaba una transmisión en vivo en TikTok.
En la grabación, que alcanzó a más de 15 mil espectadores, se observa cómo Valeria recibe un regalo y luego es atacada por un hombre armado que ingresó al local ubicado en Zapopan, Jalisco. Fue declarada muerta al llegar al hospital, tras recibir disparos en el rostro y el pecho.
El crimen conmocionó a sus seguidores y al público general. Las redes sociales se llenaron de lamentos y también de indignación. Fuera del salón, clausurado temporalmente por las autoridades, comenzaron a llegar flores y mensajes.
Uno de ellos, con la palabra “perdón” encima de un ramo, se volvió especialmente polémico y es parte de la investigación para determinar si provino del agresor o fue una cruel broma.
La Fiscalía de Jalisco clasificó el caso como prioritario y el gobierno estatal prometió seguirlo de cerca, mientras colectivos feministas salieron a las calles de Guadalajara para exigir justicia.
Cabe mencionar que en redes sociales y supuestos testigos del crimen apuntan a la amiga de la joven quien estaba en el lugar y que fue captada por la cámara que transmitía ‘en vivo’ sin mostrar una expresión de preocupación o terror.
Lo más reciente en este caso fue la aparición de una mujer identificada como Paola aseguró haber presenciado el asesinato de Valeria Márquez y señaló directamente a Erika, una empleada del salón de belleza, como la presunta responsable.
43: LA HERIDA QUE NO CIERRA
La desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre de 2014, sigue siendo uno de los episodios más oscuros y dolorosos de la historia reciente de México.
Pese a los años transcurridos, aún no se sabe con certeza qué ocurrió esa noche en Iguala, Guerrero. Lo que sí se ha documentado en reportajes, documentales, libros y películas, es una cadena de omisiones, encubrimientos y complicidades entre fuerzas del Estado y el crimen organizado.
La llamada “verdad histórica” del gobierno de Peña Nieto fue desacreditada por expertos internacionales, quienes negaron la versión de que los cuerpos fueron incinerados en un basurero.
Nuevas investigaciones han apuntado al involucramiento del Ejército y otras instituciones. Recientemente, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó como “desafortunadas” las declaraciones del fiscal especial Rosendo Gómez Piedra, quien habló de más de 800 lugares inspeccionados buscando restos.
La declaración, lejos de aportar claridad, reavivó el escepticismo. La impunidad y la opacidad en las investigaciones mantienen abierto un caso que ya es símbolo de la crisis de derechos humanos en el país.
CASO STANLEY: ENTRE CÁMARAS, RUMORES E INTRIGA
Paco Stanley fue asesinado el 7 de junio de 1999 al salir del restaurante ‘El Charco de las Ranas’ en la Ciudad de México.
El conductor de televisión más popular de su tiempo murió acribillado frente a decenas de personas, en un crimen que desató un circo mediático y una serie de acusaciones plagadas de irregularidades. Mario Bezares y Paola Durante, dos personas cercanas a Stanley, fueron arrestadas y encarceladas sin pruebas sólidas.
En su momento, se tejieron teorías sobre supuestos vínculos del conductor con el narcotráfico, sin que se presentaran pruebas concluyentes. Otras versiones apuntaban a una traición interna o a un crimen común disfrazado de algo mayor. Más de dos décadas después, no hay certeza sobre quién lo mató ni por qué.
El caso Stanley no solo quedó impune, sino que mostró lo complicado de encontrar a un culpable.
COLOSIO: MAGNICIDIO SIN VERDAD
Luis Donaldo Colosio fue asesinado el 23 de marzo de 1994 durante un mitin en Tijuana. Aunque oficialmente Mario Aburto fue señalado como el asesino solitario, desde el inicio hubo inconsistencias en el proceso: tortura, contradicciones en los testimonios y dudas sobre la identidad del detenido.
A lo largo de los años, muchas voces han sugerido que Colosio fue víctima de un crimen de Estado por su discurso reformista y su distancia con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
Recientemente, la Fiscalía General de la República reabrió la investigación y solicitó la aprehensión de un segundo tirador, Jorge Antonio ‘S’, exagente del Cisen, la cual fue bloqueada por un juez.
El expresidente Andrés Manuel López Obrador acusó que la negativa del juez fue por intereses políticos. El caso Colosio permanece como uno de los enigmas más profundos de la política mexicana: “se sabe” quién disparó, pero no quién lo ordenó.
A finales del 2024, la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazó confirmar el amparo concedido a Mario Aburto, tras cumplir 30 años preso. Sin embargo, la defensa del tirador argumenta que es un delito local, por lo que insisten en darle libertad.
Los casos aquí reunidos tienen en común, además de su impacto mediático, la impunidad. La violencia de alto perfil en México, incluso cuando involucra a figuras públicas o funcionarios, no siempre garantiza justicia como se mostró en los casos anteriores, aunque las autoridades siguen investigando.
