Ni el muñeco Robert, ni Chucky causaron tanto temor fuera de la ficción: la verdadera Annabelle, que inspiró la película El Conjuro, desató el caos en internet y el miedo en Nueva Orleans (Estados Unidos) con el rumor sobre su supuesto escape del Museo de los Warren, de donde se ha dicho que no debía moverse para contener el “mal” que contiene en su interior.
Y es que la muñeca Raggedy Ann “poseída” por un demonio, conocida como Annabelle, estuvo en la gira Devils on the Run Tour de la Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra (NESPR, por sus siglas en inglés) fundado por Ed y Lorraine Warren, famosos investigadores de lo paranormal en quienes se basa toda la saga de terror.
Annabelle visitó Nueva Orleans en mayo y, como sacado de una película de miedo, un día después de su visita a la ciudad, hubo un incendio en la Plantación Nottoway, una mansión histórica, y la fuga de 11 presos del Centro de Justicia del Condado de Orleans.
En TikTok se divulgó la noticia de que la muñeca se había fugado, varios asistentes de Devils on the Run Tour incluso dijeron que no la vieron en su visita, pero Tony Spera (director de NESPR y yerno de los Warren) aclaró la situación.
Tony Spera explicó para Newsweek que Annabelle nunca desapareció: “Hemos llevado a la muñeca a una corta gira, a varias ubicaciones, para que los entusiastas de lo paranormal sean testigos de la real Annabelle (...) El público nunca ha estado en algún peligro”, acotó.
Además, el investigador Ryan Buell agregó a dicho medio estadounidense que la muñeca sí puede salir de su vitrina en el museo: “Es falso que Ed y Lorraine Warren nunca hayan movido a la muñeca. De vez en cuando, se muestra a Annabelle en conferencias o en eventos, para que las personas curiosas sobre estos objetos, puedan verlos”.
Spera destacó que Annabelle nunca se ha descuidado: “La muñeca nunca estuvo fuera de nuestra vista, ni de nuestro control. Los miembros de mi equipo, Dan Rivera, Chris Guilloren y Wade Kirby, la mantuvieron segura y protegida. También viajamos con un sacerdote católico para garantizar la seguridad del público. El sacerdote bendijo frecuentemente a la muñeca con oraciones y rituales”.