La Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) advirtió que el reciente incremento de 1.50 pesos a la tarifa del transporte concesionado en la Ciudad de México resulta insuficiente para atender los problemas estructurales del sector y no permite avanzar en la sustitución de los microbuses que aún circulan en la capital.
En un posicionamiento público, la AMTM retomó el análisis del académico Luis David Berrones, integrante del Sistema Nacional de Investigadores y especialista en logística y transporte urbano, quien señaló que el ajuste tarifario autorizado por las autoridades solo permite a los concesionarios mantenerse en operación en el corto plazo, pero no genera condiciones para la modernización del servicio.
De acuerdo con el especialista consultado por la AMTM, los ingresos que se obtienen con la tarifa vigente no alcanzan para cubrir los costos reales del transporte concesionado, como mantenimiento, combustible y refacciones, ni para la adquisición de nuevas unidades. Esta situación, advirtió, impide retirar de circulación a los microbuses más antiguos y limita la mejora del servicio.
Además, la asociación subrayó que la insuficiencia de recursos desincentiva que los concesionarios se agrupen y se transformen en sociedades mercantiles, como lo establece la Ley de Movilidad de la Ciudad de México desde hace más de una década, ya que operar bajo ese esquema empresarial implicaría un alto riesgo de quiebra.
Según cifras oficiales citadas en el posicionamiento, en la capital circulan más de 18 mil microbuses distribuidos en 102 rutas, número que podría ser mayor si se consideran las unidades provenientes del Estado de México. Para la AMTM, la permanencia de estos vehículos responde a la falta de un modelo financiero que haga viable su sustitución.
El académico explicó que el incremento autorizado en noviembre pasado solo representó un alivio temporal ante la presión de los transportistas, sin resolver el problema de fondo. Este escenario, afirmó, ha generado un ciclo recurrente: recursos insuficientes, solicitudes de aumento, ajustes mínimos por razones políticas y una nueva crisis financiera años después.
Como parte de su posicionamiento, la AMTM consideró indispensable avanzar hacia esquemas de subsidio gubernamental que permitan compensar las externalidades positivas del transporte público, como la reducción del uso del automóvil y de la contaminación. Estos apoyos, señaló, deberían diseñarse de manera diferenciada según el tipo de sistema.
En el análisis presentado, se destacó que el modelo de pago por kilómetro ha funcionado en el Metrobús, mientras que otros esquemas concesionados requieren mayor supervisión y programas de acompañamiento institucional para reducir costos administrativos y mejorar la gestión empresarial.
La asociación también citó ejemplos internacionales, como El Salvador, donde existen apoyos directos de hasta 500 dólares mensuales para autobuses y 250 dólares para microbuses, como parte de esquemas de compensación técnica.
Impacto social de la tarifa
Finalmente, la AMTM subrayó que mantener una tarifa accesible para los usuarios es clave para evitar que la población migre hacia modos de transporte con mayores costos sociales, como el automóvil o la motocicleta. No obstante, recalcó que una tarifa baja no debe traducirse en condiciones financieramente inviables para los concesionarios.
En ese sentido, el posicionamiento concluye que es necesario analizar el costo social y operativo de cada ruta y sistema de transporte, a fin de establecer mecanismos de compensación que permitan ofrecer un servicio público eficiente, sostenible y económicamente viable en la Ciudad de México.



