La segunda marcha contra la gentrificación en la capital del país, realizada este domingo 20 de julio, reunió a más de 200 personas en un recorrido que partió de la estación Fuentes Brotantes del Metrobús hacia la zona de El Caminero, en la alcaldía Tlalpan.
Esta nueva jornada de protesta tuvo como objetivo visibilizar el encarecimiento de la vivienda, el desplazamiento de pobladores originarios y el deterioro del entorno urbano, fenómenos que, según los manifestantes, se han visto agravados por la llegada de extranjeros, el auge de plataformas como Airbnb y la llamada “turistificación”.
“Agradecemos mucho su apoyo, pero no queremos que el movimiento se desvirtúe, entonces que esta vez sea una marcha pacífica”, expresó Pablo, habitante de Santa Úrsula Xitla, al dirigirse al Bloque Negro durante el arranque de la movilización.
Sin embargo, los llamados a la no violencia no evitaron los hechos de tensión que se desarrollaron horas después. Aunque en un inicio los organizadores insistieron en mantener una marcha pacífica, un grupo de encapuchados identificado como el Bloque Negro protagonizó actos vandálicos a lo largo del recorrido y posteriormente en Ciudad Universitaria.
Durante la marcha, se realizaron pintas y destrozos en estaciones del Metrobús como Perisur, donde encapuchados rompieron cristales y lanzaron objetos contundentes. En ese punto también se registró un enfrentamiento con elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), que dejó como saldo una mujer lesionada en la cabeza. Personal de Protección Civil le brindó atención en el lugar.
Más tarde, el grupo se desvió hacia las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde ingresaron a Ciudad Universitaria —zona a la que la policía capitalina no puede acceder por su autonomía— y causaron destrozos en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC). Los agresores rompieron vidrios y realizaron pintas en fachadas, al grito de “¡No graben porque los ponen en peligro!”.
Durante la jornada, varios negocios en Insurgentes Sur colocaron mantas con la leyenda “negocio mexicano” con la esperanza de evitar ataques a sus establecimientos. En paralelo, la SSC desplegó un operativo de acompañamiento y resguardo tanto para los manifestantes como para transeúntes y terceros, asegurando que se respetara el derecho a la libre manifestación sin afectar a la ciudadanía.
A lo largo de la tarde, la Línea 1 del Metrobús permaneció parcialmente cerrada entre las estaciones Doctor Gálvez y El Caminero, reabriendo totalmente hasta las 7:40 de la noche.
Pese a la lluvia y la constante presencia de elementos de seguridad, los contingentes lograron completar su recorrido. A su paso, algunos realizaron un conteo simbólico por los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, recordando que las causas sociales muchas veces se entrelazan.
Los organizadores destacaron que la protesta se realiza en medio de un contexto que consideran alarmante: el incremento de megaproyectos inmobiliarios, la tala de árboles, el despojo territorial de pueblos originarios como Santa Úrsula o San Pedro Mártir, y la falta de políticas públicas efectivas. Todo esto, dicen, amenaza con transformar radicalmente la vida en zonas históricas del sur de la ciudad.
Esta segunda manifestación se suma a la realizada el pasado 4 de julio en Paseo de la Reforma, la cual también fue opacada por actos vandálicos. Organizaciones vecinales advirtieron que continuarán movilizándose hasta que sus demandas sean atendidas con seriedad por las autoridades.