De forma reciente una acumulación de lluvias generó graves afectaciones en la Zona Metropolitana del Valle de México, dañando automóviles que resultaron en perdida total bajo el agua, inundando casas y afectando a miles de ciudadanos.
En fenómeno, que se considera atípico y poco probable encendió las alertas de la población, que temen se repita algo similar.
Pero... ¿qué tan raro fue o ocurrido? ¿sabes cuál fue la ocasión en que más llovió en la CDMX? Aquí te contamos.
Primero debes saber que la zona metropolitana de la Ciudad de México está ubicada en una región lacustre delimitada por un sistema montañoso donde la zona baja de la cuenca es la más urbanizada.

Por lo anterior, año con año, en temporada de lluvias el curso natural del agua suele provocar inundaciones en diversos puntos de la ciudad.
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres, uno de los grandes desastres que forman parte de la historia de la Ciudad de México ocurrió el 15 de julio de 1951.
Se trató de una gran inundación cubrió varias zonas de la cuenca de México, cuando el nivel del agua acumulada en el centro de la Ciudad fue lo suficientemente alto que la gente tuvo la necesidad de utilizar lanchas de madera y balsas de hule para transportarse.
Algunos artículos científicos señalan que la inundación duró aproximadamente tres meses, la Ciudad quedó sumergida en dos terceras partes con una profundidad de dos metros en las zonas más bajas.
Debido a este acontecimiento las autoridades capitalinas tomaron la decisión de entubar el río Churubusco, construir varios cárcamos y plantas de bombeo de los colectores principales al Gran Canal, así como el incremento de su capacidad mediante la ampliación de secciones hidráulicas y la construcción del segundo túnel de Tequixquiac, el cual se concluyó hasta 1954.

UNA VIEJA Y TERRIBLE INUNDACIÓN
Pero ese no fue el peor escenario, historiadores han narrado que el 21 de septiembre de 1629 la Ciudad de México enfrentó una tromba que duró 36 horas, suficientes para dejar a toda la Ciudad sumergida en una especie de lago de más de dos metros de altura.
Eso no fue lo peor, sino que las inundaciones dejaron unos 30 mil muertos.
Se vivió el verdadero terror: miles de cadáveres flotaban sobre el agua, los sobrevivientes tenían que transportarse en canoas y no había agua potable ni comida.
Según los testigos históricos, la ciudad estuvo así por cinco años así.