Alejandro Moreno: Encuestadores

Los encuestadores hacen todo para darte a conocer la opinión de los mexicanos.
Los encuestadores hacen todo para darte a conocer la opinión de los mexicanos.
¡Gracias!Los encuestadores hacen todo para darte a conocer la opinión de los mexicanos.
Cuartoscuro
autor
Alejandro Moreno
Director de encuestas de Nación321
2017-06-02 |09:31 Hrs.Actualización11:39 Hrs.

En México, la gran mayoría de las encuestas que se realizan de manera personal en vivienda, en vía pública, o por teléfono, emplean encuestadores, hombres y mujeres entrenadas para realizar, con base en ciertas metodologías, la selección de los entrevistados y la aplicación de los cuestionarios.

Las entrevistas de encuesta son interacciones sociales que requieren que se establezca la confianza suficiente para que una persona acceda a responder y que lo haga bajo condiciones que le permitan expresarse con libertad y sinceridad. La organización que el encuestador representa ayuda, pero ultimadamente la confianza depende del propio encuestador, de su actitud, su pericia y su profesionalismo.

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Ser encuestador significa dedicar horas de trabajo de campo, casa por casa o con llamadas telefónicas, recopilando respuestas a las preguntas de una encuesta. Ser encuestador abre la posibilidad de hablar con cientos o miles de personas acerca de sus gustos, opiniones, preferencias, temores, necesidades. Ser encuestador significa escuchar a la gente de un país y registrar su estado de ánimo. 

Ser encuestador es contribuir a la articulación de las diversas voces de la opinión pública. En tiempos de elecciones, ser encuestador es ayudar a compilar las preferencias del electorado y ponerlas a disposición como una brújula para la sociedad, para el gobierno y para los propios partidos políticos.

Ser encuestador es ir casa por casa enfrentando múltiples adversidades. Se requiere capacitación, cuidado, amabilidad, gusto por la investigación, deseos de interactuar con la gente y estar convencido de que escuchar a la ciudadanía y registrar sus respuestas en la encuesta contribuye a una mayor información, a tomar decisiones mejor fundamentadas y a construir una democracia donde las voces ciudadanas pesan.


Ser encuestador es estar sujeto a las inclemencias del clima, a los calores y la deshidratación, a las lluvias e inundaciones, a los traslados por cualquier medio necesario, a las eventuales mordidas de perros. Ser encuestador también es estar expuesto al crimen e inseguridad, a estar bajo sospecha en algunas comunidades que se visitan, y a todos los peligros que eso conlleva. 

Ser encuestador es saber que en cualquier momento del trabajo se puede pasar la noche detenido en alguna comandancia de policía, o enfrentar a alguien que te dice que lo que haces no está permitido; también es saber que alguien te puede quitar tu trabajo y pertenencias personales después de horas de ardua labor.  

Ser encuestador es correr riesgos en todo momento. Incluso con las entrevistas por teléfono, ser encuestador te expone al rechazo, al desdén y al insulto. El encuestador tiene como objetivo pedir atentamente una entrevista anónima, obtenerla y hacer las preguntas de la manera más profesional y seria posible, sin importar el trato o el tono de voz de la persona que está del otro lado. 

A pesar de todo, ser encuestador también es disfrutar la oportunidad de conocer el país, su gente, sus lugares, sus costumbres. En un periodo de campañas electorales, los encuestadores hacen miles de llamadas telefónicas, recorren miles de kilómetros a pie, caminan las comunidades, hablando con la gente, registrando sus opiniones.

Ser encuestador es contribuir a la construcción de un gran espejo en el cual nos miramos como nación, como ciudadanía, como electorado. Es un espejo hecho a base sondeos en el que podemos ver cómo lucimos y también cómo nos sentimos.

Los cambios en tecnologías hacen que esa fuerza de trabajo que son los encuestadores comience a verse como prescindible. Las encuestas que hoy se hacen en redes sociales, o vía Internet o por cualquier otra forma electrónica de recopilar información, como las llamadas telefónicas con voz pregrabada, dejan a los encuestadores de lado. Pero estamos distantes de que la labor del encuestador sea reemplazada, si es que algún día sucede. 

Hoy, la labor de los encuestadores es fundamental, valiosa, e imprescindible. A pocas horas de otra jornada electoral, agradezco a todos los encuestadores por su entrega, tanto aquellos con quienes he tenido la dicha de trabajar como aquellos de quienes veo su trabajo. Un profundo reconocimiento a su valor, su integridad y su inagotable entusiasmo.