El candidato presidencial del PRI que compitió solo

El candidato presidencial que no tuvo rival pero aún así hizo campaña
El candidato presidencial que no tuvo rival pero aún así hizo campaña
Solitario.El candidato presidencial que no tuvo rival pero aún así hizo campaña
Nación321
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2018-05-20 |10:19 Hrs.Actualización10:19 Hrs.
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Porque los mexicanos jamás han tenido una contienda electoral tan poco competida como esta

¿Cómo sería una elección presidencial sin rivales? No tenemos que imaginarlo porque eso fue lo que sucedió en la contienda electoral de 1976.

Previo a esas elecciones, el PRI se alió con los opositores Partido Popular Socialista (PPS) y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) para formar la "Alianza por la Democracia", teniendo como abanderado a José Guillermo Abel López Portillo y Pacheco.

El doctor en Derecho por la UNAM no tuvo rival oficial en las urnas el 4 de julio de 1976 por lo que gobernó México del 1 de diciembre de 1976 al 30 de noviembre de 1982: esto fue lo que pasó para que el priista no tuviera rival.

EL CONTEXTO

El PRI venía de una situación complicada luego del movimiento estudiantil de 1968 que terminó con la muerte de estudiantes en la plaza de Tlatelolco el 2 de octubre de dicho año y la represión contra jóvenes ocurrida el 10 de junio de 1971, conocida como el Halconazo.

Estas situaciones ponían en duda la estabilidad y el progreso que prometía el régimen priista, y el presidente saliente, Luis Echeverría Álvarez, decidió nombrar a su secretario de Hacienda, José López Portillo, como candidato a presidente por el PRI.

El PAN, principal partido de oposición en los años previos a la elección del 76, vivía una crisis interna por los problemas sociales y económicos de México, así como por las políticas del mandatario Echeverría.

"El panismo aparecía como el único partido de oposición a nivel nacional capaz de llevar a cabo una amplia y vigorosa campaña de naturaleza esencialmente antiecheverrista que hubiera podido articular los temores y descontentos de empresarios, clases medias y otros grupos de derecha. Sin embargo, la crisis lo dividió y lo hizo aparecer ante la opinión pública desgarrado por profundas divisiones de carácter ideológico y por ambiciones personales insuperables", escribió el investigador Carlos Arriola en el ensayo 'La crisis del PAN (1975-1976)'.

Por su parte el luchador social Valentín Campa Salazar fue candidato presidencial del Partido Comunista Mexicano (PCM), pero dicho instituto político no contaba con registro oficial, así que aunque votaran por él, sus votos serían calificados como nulos.

LA CAMPAÑA

El 20 de septiembre de 1975, López Portillo aceptó su designación como candidato presidencial del PRI a la Presidencia de la República; el 12 de diciembre de ese año lo apoyó el Partido Popular Socialista y el 11 de enero de 1976, el PARM.

"Los “aliados estratégicos” del PRI sólo servían de acompañamiento y presentaban candidatos para cargos menores. El PAN tenía escasas oportunidades para desarrollarse dadas las condiciones adversas de la competencia. Todos los demás grupos que aspiraron en algún momento a participar en política fueron excluidos de la arena electoral", detalla Silvia Gómez Tagle, profesora investigadora del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México en el libro Lo que ven otros ojos.


José López Portillo tuvo como lema "La solución somos todos" y realizó una campaña de siete meses; en su libro Mis tiempos, el expresidente recordó cómo fueron esos meses de proselitismo:

"Mi campaña empezó a fijar sus características propias, dentro de las líneas que podríamos llamar tradicionales del partido. Tenía que aprovechar al máximo su capacidad convocatoria, que es increíblemente eficaz. Nadie como el PRI es capaz de concentrar y manejar masas. Tiene mucho oficio y mucha experiencia, tanto que los débiles partidos de oposición convierten su rabia en injurias y llaman a quienes acuden a las reuniones priístas 'acarreados'. Yo enfrenté el peyorativo y repliqué: No son acarreados, son "transportados" por los propios hombres y las propias fuerzas del partido", escribió el expresidente.

Como era de esperarse, el priista ganó con el 100% de los votos efectivos, de acuerdo con José Woldenberg, exconsejero presidente del desaparecido Instituto Federal Electoral (IFE) en su libro México: la difícil democracia.

El Colegio Electoral de la Cámara de Diputados, que organizaba las elecciones antes de la creación del IFE en octubre de 1990, refiere que José López Portillo obtuvo el 90.63% de los votos emitidos (unos 16.4 millones de votos), con un abstencionismo del 35.5%.

LAS CONSECUENCIAS

Lo poco reñido de la contienda presidencial de 1976 sí tuvo un efecto.

"La indiferencia de la población frente a los procesos electorales y la aparición de grupos de guerrilleros que planteaban un cambio revolucionario por la vía armada, facilitó la elaboración de una reforma política en 1977, que hizo posible un reconocimiento más amplio a todas las posiciones políticas que no incitaran a la violencia", refiere un documento de la Dirección General del Archivo Histórico y Memoria Legislativa.

Por ende, en las elecciones intermedias de 1979 participaron cuatro partidos registrados y otras cinco agrupaciones, algunas recientes y otras más antiguas como el Partido Comunista de México, que buscaba su registro al igual que el Partido Revolucionario de los Trabajadores, ambas organizaciones de izquierda.


Además, el legislador de representación proporcional o plurinominal surgió con la reforma política del 77 y tenía el objetivo de darle equilibrio y pluralidad al Congreso. Esto quiere decir que asegura la participación de partidos pequeños que no obtuvieron la victoria de manera directa.

“Los plurinominales sirven para que no exista sobre representación en la Cámara, que exista pluralidad y todas las expresiones de la ciudadanía se vean representadas”, explicó a Nación321 Fernando Dworak, especialista en temas legislativos.